Esperando a Roy Keane o a VInnie Jones

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Fin de semana sin partido. El último ya hasta marzo. Así que ahora empieza lo bueno sin descanso. Ya no hay parones, no hay tiempo para lamentarse por un posible mal resultado porque viene otro partido seguido. El próximo, contra el Bolton. Hace poco estábamos ahí juntitos en el fondo de la clasificación y ahora los vemos de lejos. Son el ejemplo que tenemos que seguir. Cuatro buenos partidos y las cosas se ven de otra manera.

Esta semana ha sido dura, ¡muy dura! Hemos trabajado sin parar, con mucha intensidad y muchísimas carreras. Cuando tenía 20 años llegaba siempre el primero; ahora llego, que ya es mucho. El nuevo entrenador está intentándolo todo para sacarnos de ahí abajo. Están viniendo muchos jugadores. Todavía no he podido ni aprenderme los nombres. Ya os hablé de Jamie O’Hara la semana pasada. La verdad es que se nota que ha jugado en la Premier muchos años. Ha venido con ganas de demostrar que no está acabado. ¡Y de verdad que no lo está!

El viernes teníamos programado un amistoso contra el Wigan, que se tuvo que anular por la destitución de su entrenador, Uwe Rosler. No hay entreno que pueda acercarse a la intensidad de un partido. Por mil factores, sobre todo la tensión competitiva. Así que Lee Clark hizo todo lo posible para que la sesión se le asemejara lo máximo posible. No se si fueron dos horas y cuarto, me parecieron cuatro. Mucho fútbol, que me encanta, pero mucho físico también. Esto solo nos puede beneficiar y sobre todo a mi, que no tuve pretemporada y sí algún problemilla estos meses.

Cuando estoy tan cansado que la vista se me empieza a nublar tengo un truco. La verdad es que tengo mucha capacidad para motivarme, y poder mejorar, aunque sea un 5%, me encanta. Y empiezo a notar que el trabajo va dando sus frutos. El truco es pensar en las niñas. Un poco soft, pensarán muchos, pero es así. A veces estoy tan cansado que pienso en ellas y lo que me espera al llegar a casa, y me canso todavía más… Pero me funciona la mayoría de las veces. Corres, sufres, lo pasas mal, pero estás trabajando para darles a ellas la vida que se merecen. Hablando con Edu Oriol, que ha sido padre hace nada, después de una de las carreras me dijo: pensaba en mi hijo Biel, pero ni así. La verdad es que nos están haciendo sudar. Si fuéramos el Madrid y ganáramos cada fin de semana, igual no tendríamos que hacerlo, pero esto es más que necesario. Eso sí, luego hay que saber qué hacer con la pelota. Porque por mucho que corras, si tienes los pies como dos ladrillos, no le ganas a nadie. Así que el balón sigue estando muy presente.

Tuvimos el fin de semana libre y lo aproveche para ir a Barcelona. En el vuelo desde Manchester viajamos juntos los hermanos Oriol, su padre y yo. Y en el aeropuerto nos encontramos con Marc Muniesa, jugador del Stoke City y ex del Barça. Hace unos días fue el cumpleaños de los hermanos Oriol y aprovechamos para celebrarlo este fin de semana en Barcelona. Lo hicimos, eso sí, moderadamente porque después de la semana que nos pasamos trabajando a destajo en Blackpool no era cuestión de tirarlo todo por la borda. También el sábado fui al concierto de Antonio Orozco con Laura y nuestros amigos Curro y María. Llevaba muchísimo tiempo queriendo verle en directo aunque supongo que a algunos de vosotros no os sonará de nada. Nunca coincidía en Barcelona cuando él actuaba. El verano pasado lo hizo en Vilanova, donde tenemos nuestro piso actualmente, y compré las entradas. Un lugar perfecto delante del mar, al aire libre. Pintaba espectacular… Llevaba sin llover meses y esa noche llovió a cántaros. Tuvimos que salir corriendo todos y se anuló el concierto. Tenía esa espinita clavada, aśi que el sábado me lo pasé en grande. No sé si me pasó factura el trabajo de la semana, pero al llegar me había dejado las entradas en casa… Empanada total, cabreo del sector femenino… Y corriendo a casa a buscarlas. Llegué a tiempo para ver empezar el concierto y evité toda la cola que había montada. ¡Sensacional!

¿Y ayer? ¡Qué bonitos son los domingos en Barcelona! Salir a pasear con el día soleado, ir a desayunar con las niñas… Me encanta. No sé si a vosotros os gustan o no los zumos vegetales pero yo soy un fanático y la culpa de todo la tiene Jordi Gómez, el gurú de la alimentación y vida sana. A primera vista un zumo con apio, pepino, espinacas y manzana no suena bien pero tenéis que probarlo. ¡Sanísimo! Y riquísimo también. Luego comimos en casa de mis padres y volví por la tarde a UK en avión. Con las pilas cargadas, el ánimo recuperado a tope y dispuesto a empezar la semana a todo ritmo con el equipo. Siempre he puesto buena cara al mal tiempo y con esta disposición llegué ayer. Fue gracioso porque en el aeropuerto de Manchester, al llegar, me cruce con un aficionado del Bolton (o eso me dijo) y me bromeó con el partido del sábado, diciéndome que vendría a Bloomfield Road y que nos ganarían. Se quedó de piedra, o eso me pareció, cuando vio que le contestaba sonriendo porque le dije que el sábado le buscaría en la grada cuando marcásemos un gol y con ese ‘reto’ nos despedimos. No fue, para nada, desagradable, sino todo lo contrario y me volvió a convencer en este carácter próximo, educado y fiel que tienen los aficionados en Inglaterra.

Ahora empieza la semana y como siempre las palabras tienen que dejar paso a los hechos. Si trabajamos con la misma intensidad que esta pasada tengo el convencimiento de que debe darnos buen resultado. A nuestros hinchas, a vosotros, no sé qué puedo deciros. A veces me entra mal cuerpo porque recuerdo que tanto en Swansea como en Brighton dejé muchos amigos y grandes recuerdos y en Blackpool estoy viviendo una situación nueva y desconocida porque las cosas no salen como deberían. Y eso provoca que, claro, el ánimo no sea tan alegre.

Y, sin embargo, no tengo, de verdad, ni un mal reproche para nadie en el aspecto personal porque solo he recibido ánimos. En el supermercado, en la gasolinera, en el campo… Veo que a pesar de que, recordando una frase muy del Barcelona en los malos tiempos, deberían romper el carnet y quemarlo todo, los aficionados se mantienen fieles al equipo. Esperan una reacción, una señal de que la cosa cambiará. Y somos nosotros los que debemos ofrecerla.

Llevo cuatro meses en el Blackpool. No soy de ponerme a besar el escudo y hacer ver que soy de este club de toda la vida. Pero hoy por el Blackpool pongo la pierna delante de Roy Keane y voy al choque con John Terry. Y hasta me peleo con Vinnie Jones si es necesario (tengo un amigo loco de Barcelona que es del Wimbledon y me ha enseñado vídeos suyos).

Quiero decir con esto que podréis criticarnos que juguemos mal o que no ganemos, pero, os lo aseguro, nunca que no luche y me entregue como un animal por el equipo. Este es mi compromiso. Y ojalá con ello llegue la alegría.

¡¡Vamoooos!!

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