Kilian Jornet cumple su sueño

«La Hardrock 100 era la última carrera que me faltaba por completar de esa lista que hice cuando tenía 16 años.» Kilian Jornet, el actual Aventurero del año según la prestigiosa revista National Geographic ya puede decir tranquilamente que ha cumplido su sueño. Ha conseguido debutar, acabar, ganar y batir el récord de la última carrera que deseaba correr cuando era casi un niño.

Seguramente el día que decidió elaborar aquella lista ni se imaginaba en el tipo de corredor, esquiador o atleta en el que se iba a convertir. Ni por asomo imaginaba que hoy se ganaría la vida haciendo lo que más le gusta, disfrutar de la montaña. De las que tenía más cerca cuando era niño, los Pirineos, como de las más lejanas que veía por televisión o descubría en los libros después de que algunos inconscientes las conquistaran.

Hoy en día, ese punto de inconsciencia que todavía le remite al eterno niño que lleva dentro, le permite conquistar lo que el resto de deportistas simplemente sueña. Porque Kilian todavía se divierte con lo que hace.

El atleta de Salomon Internacional ha empezado la temporada de manera espectacular. Si bien sufrió en la primera prueba del año, la Transvulcania, donde el calor y un gran Luis Alberto Hernando le derrotaron en el ultramaratón y los hermanos Bernard y Martin Dematteis en el kilómetro vertical, a partir de ahí todo ha sido pulverizar récords.

En mayo destrozó el cronometro en su séptima victoria consecutiva del Zegama-Aizkorri tras 3 horas 48 minutos y 40 segundos que superaban en seis minutos el anterior récord que Rob Jebb mantenía desde 2005.

Inmediatamente después marchaba al punto más remoto de Norteamérica para conquistar la cumbre más alta del continente, el monte McKinley con sus 6.194 metros sobre el nivel del mar. El coloso de Alaska tiene un desnivel de 4000 m desde el campo base. Está cubierto de nieve y debido a su cercanía con el Círculo Polar Ártico tiene unas temperaturas extremamente bajas. El McKinley es una de las montañas más complicadas de ascender. Normalmente se tarda entre dos y tres días en hollar la cumbre. Jornet lo hizo en 11 horas y 40 minutos. Superó el récord de Ed Warren en más de cinco horas. Empleó menos tiempo en subir y bajar que Warren en subir. Esta vez corrió poco. Usó crampones y esquís para completar una nueva aventura de su Summits of my life.

Hace apenas quince días el Mont Blanc acogía los campeonatos del mundo de skyrunning. El corredor catalán ganó el kilómetro vertical y el maratón proclamándose campeón del mundo en ambas disciplinas. Pim, pam.

10547585_10154335614935346_6668542929047849717_n

Sin apenas descanso un nuevo viaje a territorio estadounidense. Esta vez al Colorado, a las Montañas Rocosas para preparar su nuevo reto, la Hardrock 100. La única carrera que no reserva plaza a los corredores de élite. Todos los corredores deben entrar en un sorteo para conseguir el preciado dorsal. Tras el pertinente periodo de aclimatación y reconocimiento del terreno, debut, victoria y récord. 22 horas y 41 minutos. 42 minutos menos que la anterior plusmarca de Kyle Skaggs en 2008, el bonito registro que parecía inalcanzable de 23 horas y 23 minutos.

“Estoy realmente muy satisfecho, es una carrera mítica que hacía mucho tiempo que tenía en mente. Estoy muy satisfecho por la victoria, por el récord y por las sensaciones que he tenido. Me he encontrado muy bien tanto de piernas como de estómago, así que ha sido una carrera casi perfecta”, explicaba Kilian tras tocar y besar por primera vez la famosa piedra que espera en la linea de meta.

La Hardrock es una prueba de 100 millas (160 km) con un desnivel acumulado de 20.722 m que se disputa alrededor de la cordillera de San Juan, en el sur de Colorado. Las condiciones son duras para los atletas, tanto por la altitud –el punto más alto del recorrido, Handies Peak, se encuentra a 4.218 metros– como por su tecnicidad y sus condiciones climáticas, con tramos con nieve.

“Hemos salido a un ritmo muy tranquilo que nos ha permitido disfrutar del paisaje y del ambiente, que es muy familiar y bonito, muy diferente del que se vive en Europa. Hemos ido toda la carrera tranquilos junto a Julien Chorier, y cuando quedaban 40 kilómetros para el final he decidido atacar y darlo todo para intentar ganar. El récord no era el objetivo porque en una carrera tan larga el primer objetivo es acabar”. El catalán llegó a meta con más de una hora de ventaja respecto al francés.

Es una carrera en la que no quitaría ninguna parte, es espectacular. En el punto más bajo estás a 3.000 m, tiene mucha altura y técnica. Es especial. Sin duda es una de las carreras más bonitas que he hecho”, ha concluido Jornet, tercer europeo que gana tras Sebastien Chaigneau, vencedor en la última edición, y Julien Chorer que ganó en 2011.

Y esto continua, Kilian Jornet no se detiene, ya prepara la conquista del Aconcagua y el Everest como parte de sus summits.

FOTOS: Jordi Saragossa y Matt Trappe

Comparte este artículo

Artículos relacionados