82-70. El Barça sigue vivo tras tumbar a Galatasaray

El Barça no está fino. Nada fino. Después de la dura derrota contra el Real Madrid ha conseguido dos victorias en casa, pero en ambas ha dejado muchísimas dudas. Contra el Galatasaray volvieron a verse todos los problemas que se han ido destapando desde el mes de diciembre. Aun así, la calidad del equipo es tanta que ha podido ganar 82-70, consolidando su posición dentro de los 4 primeros del grupo en este Top 16.

Desde el inicio se notó que el equipo no quería perder balones tontos, lo que provocaba ataques lentos. El miedo se apreciaba, pero surgió efecto. Sólo seis pérdidas en todo el encuentro permitieron al conjunto de Xavi Pascual tener el control siempre del partido. Pero una cosa es controlarlo y otra dominarlo y, por desgracia, lo segundo no lo consiguió nunca, puesto que en defensa sufría mucho para cerrar el rebote y en ataque no lograba obtener segundas oportunidades.

Sólo el acierto desde el perímetro (16 de 32) posibilitó que el Barça estuviera siempre por delante en el marcador, aunque no se distanciase del rival hasta los minutos finales. No se rompía el partido debido a que, más allá de los triples, el quinteto culé no tenía juego interior salvo en las ocasiones en que encontraba a Tomic. Desde el pívot se encontraban los espacios para los tiradores, ya que las manos del croata son las mejores del continente para pasar desde el pose bajo.

Pero desde el apagón de juego de Marcelinho, Tomic sufre mucho para anotar con facilidad. Pocos tiros por partido (ayer sólo 10) y pocas visitas al tiro libre. La defensa se cierra entorno a él, arriesgándose a que el acierto desde fuera no sea tan alto, algo que en el Palau suele pasar. Otra película es fuera, donde las ayudas a los tiradores llegan antes y los tiros no son tan cómodos. Entonces sí se echan de menos esas canastas en la pintura.

Ayer Marcelinho volvió a estar desaparecido, pero Satoransky recordó al jugador que se fichó, agresivo, valiente, decisivo en defensa y controlando el juego sin caer en una sucesión de pérdidas absurdas. Su dirección y el tercer cuarto de Navarro sostuvieron al equipo para permitirle entrar en el último cuarto con una diferencia suficiente para hacer frente a un posible bache.

Un bajón que llegó, ya que el Galatasaray, que no pudo contar con Arroyo en forma, se llegó a ponerse a sólo 3 puntos a falta de 6 minutos por jugarse. Pero unas buenas defensas y dos triples de Nachbar y Satoransky rompieron el partido definitivamente. Los 12 puntos finales permiten tener una buena renta para el average, en el caso que sea necesario.

La sorprendente derrota del Maccabi en casa contra el Alba hace que el segundo puesto del grupo parezca mucho más asequible, aunque de nada servirá si el equipo no sube el nivel. Hasta la fecha, ha habido picos de forma individuales, pero no se ha dado ese punto en que todos los jugadores alcanzaran su mejor versión al mismo tiempo. Queda poco para lo decisivo y los rivales más duros van cogiendo velocidad de crucero en este Top 16. Hay que ponerse las pilas.

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