La Liga de Fútbol Americano es el espectáculo deportivo más emocionante que existe. Quizá los aficionados a la NBA querrán discutir sobre ello, pero los 82 partidos de los que consta su temporada regular restan trascendencia a los finales apretados. En la NFL (acrónimo de National Football League), cada snap cuenta. Son 16 partidos de temporada regular, la mitad en casa y la otra fuera, se disputan entre agosto y enero y luego viene lo que allí denominan como postseason, que podríamos traducir como post-temporada. No son play-offs, no hay siete partidos para decidir qué equipo es el mejor. Son eliminatorias a pecho descubierto, a partido único. Win or go home. Dramatismo en estado puro.
Si no sabes nada de fútbol americano y aún así sigues en esta línea, muy probablemente te estarás preguntando qué es eso del snap. Todos, quien más quien menos, recordamos haber visto algo de este deporte, aunque fuera en las típicas películas del quarterback guapo que se ligaba a la líder de las animadoras. ¿Te suena quarterback? Sí, es ese que lanza el ovoide. Antes de que lo pase, alguien se lo tiene que entregar a él. ¿Eres capaz de acordarte de esas moles de dos metros cuadrados que se disponen en línea frente a otra del equipo rival? El center, que, como su nombre indica, es el que se sitúa en el medio de la línea, envía por debajo de sus piernas el ovoide al quarterback, que puede esperarlo justo detrás de este o algunos pasos más atrás. Eso es un snap.
La mecánica del juego es extremadamente sencilla: cada equipo dispone de cuatro intentos (llamados downs) para recorrer diez yardas. Imagina un partido que empieza y el equipo atacante en la yarda 20 de su campo de las 100 que tiene en total el terreno de juego. Cuenta con cuatro snaps para lograr llegar a la 30. Para ello, el quarterback puede pasar la pelota a sus receptores, optar por dársela a un jugador llamado running back que es ese tipo bajito que se encarga de correr entre hombres con brazos más grandes que él o puede correr él mismo con el balón en sus manos. Las posibilidades, por pocas que parezcan en esta simplificación, son prácticamente infinitas y es lo que dota de tanta riqueza al juego.
Si has llegado hasta aquí, te confesaré que he hecho algo de trampa al contarte lo de los cuatro downs. Sí, realmente hay cuatro, pero el cuarto es un poco especial. Volvamos al ejemplo de la yarda 20. Si después de tres intentos, el equipo no ha logrado avanzar ni una yarda, deberían hacer diez en un único intento. Si lo consiguen, magnífico. Sin embargo, si no lo hacen, ceden la pelota a su rival en la yarda 20 (o en la 25, en caso de que avanzaran hasta esa, por ejemplo). Por tanto, el equipo contrario sólo necesitaría correr 20 yardas para anotar los famosos touchdowns (7 puntos). Es por eso que en esas situaciones, se realiza un punt. ¿Qué es eso?, preguntarás si aún me soportas. Es cuando el center se la pasa a un especialista en desviar la pelota. La envía tan lejos como puede para que los rivales deban recorrer el mayor terreno posible antes de marcar. Los cuartos downs también sirven para intentar los goles de campo o field goals, que consisten en chutar entre palos y que valen tres puntos. Para eso, sin embargo, se debe estar en el campo rival debido a que la potencia de los chutadores no es ilimitada.
Vale, recapitulemos. 3 intentos para diez yardas y uno usado normalmente para chutar si no se consigue. Ya estás preparado ahora para sentarte delante del ordenador y elegir un streaming de un equipo cuyo nombre te guste o cuya ciudad hayas visitado o te atraiga particularmente. Llegará el primer snap y asentirás con una sonrisa cuando veas en pantalla «1 and 10«, porque sabrás que significa que es el primer intento y que necesitan hacer diez yardas. De repente, verás a 22 tíos gritar y a uno de ellos, con más fibra que la fábrica de Special K, correr con el ovoide como si llevase un órgano a un hospital. Si tienes mala suerte, verás a un ejército de árbitros pitar y lanzar pañuelos amarillos. Eso significa que ha habido una falta. No entenderás seguramente qué han pitado, sólo que han penalizado a un equipo. Te preguntarás qué haces perdiendo el tiempo de esa manera, pero te animo a ver un snap más. Y otro. Intenta ver un cuarto de los cuatro de los que se compone el partido. Y, si puede ser, que sea el último cuarto. Si tienes suerte, verás como un equipo que va siete puntos abajo aún tiene fe en ganar un partido cuando el reloj marca 00:01. ¿Y, sabes qué? Es probable que lo haga.
En el fútbol americano no hay nada imposible.