En una iniciativa nunca antes vista en can Barça, en un ejercicio de transparencia que podría haber ahorrado muchos problemas, el nuevo presidente del Barcelona Josep Maria Bartomeu ha desbrozado el contrato de Neymar, después de que el padre de éste, haya autorizado a desvelar las cifras.
El coste total se cifra en 130,2 millones de euros en una operación a cinco años. El traspaso se cifra en 57,1 millones (+2 millones de variables en el caso de que el futbolista esté en el podio del Fifa World Player en el próximo quinquenio), 56,7 millones en salario (5 años) y 16,4 millones en conceptos varios.
Raül Sanllehi, director de fútbol, fue el encargado de ofrecer los detalles. Recordó que Neymar renovó su contrato y que en 2014 quedaba libre, pero que a principios de 2013 se inició «una locura para comprarlo» por parte de los grandes clubes, entre ellos, sin nombrarlo, el Real Madrid.
«Estábamos relativamente tranquilos. Existía una cláusula de penalización de 40 millones y no pensábamos que nadie nos la iba a pagar«, recuerda Sanllehi. Pero llegaron noticias desde Brasil preocupantes, ofertas de 60 millones más 40 de penalización, de 100 millones, el sueldo duplicado y el Barça tuvo que actuar.
En cuanto a sus planes de futuro, la directiva de Bartomeu piensa apurar el mandato hasta 2016 y no convocar por lo tanto elecciones anticipadas. En junio de 2016, Bartomeu tiene previsto presentarse a la reelección.
Se siente legitimada la junta para seguir adelante porque «esta no es una etapa nueva, es un punto y seguido«, una continuación del proyecto.
«Tuvimos el 61% de los apoyos en las elecciones y nos quedan muchos retos. El primero el referéndum sobre el Camp Nou que se llevará a cabo el primer fin de semana de abril», ha recordado Bartomeu, quien ha confirmado a Jordi Mestre como nuevo vicepresidente deportivo.
El presidente ha advertido que si Jordi Cases amplía la querella contra sí mismo o contra Javier Faus, él no tiene previsto dimitir. «Nos sentimos fuertes. No pienso dimitir aunque acabe imputado«, insiste.
Asegura Bartomeu que los estatutos legitiman a la junta directiva para continuar. «Yo formé parte en 2010 de una candidatura, la más votada de la historia del club. Nuestro balance es de notable alto«, ha recordado.
Durante un momento de la comparecencia, Barto sacó su blackberry y desveló que tenía 314 WhatsApp, 190 SMS y 82 llamadas por comprobar, seguro que algunas de ellas serán de Agustí Benedito, de Joan Laporta o de Víctor Font.
No es Bartomeu como Enric Reyna, quien intentó mantener su presidencia accidental después de la dimisión de Joan Gaspart en 2003. Una eliminación en la Champions ante el Juventus acabó con su sueño y tuvo que convocar las elecciones que ganó Joan Laporta. Veremos qué decide ahora el capricho del balón.