Existe la sensación de que ser canterano en el Barça es sencillo. Que el club apuesta firmemente por la formación, como así es. Y que los que toman las decisiones tienen muy en cuenta a los jugadores formados en la casa, como ocurre.
Pero más allá de esto, ser canterano en el Camp Nou no es fácil, especialmente cuando se acerca ese último paso, el que separa el Mini del Camp Nou. Un pasillo que para muchos se hace interminable, para otros empieza siendo de ida y vuelta y para otros tantos, los menos afortunados, es de salida.
Coexisten en estos tiempos dos modelos de canteranos en el primer equipo, desde el punto de vista de la manera que los propios jugadores tienen de afrontar su situación antes de consagrase (o no) como pieza cotidiana de la plantilla.
Sergi Roberto y Tello reflejan esos dos modelos a los que me refiero. El primero afronta los pocos minutos de los que dispone en la actual temporada como una oportunidad única. Siempre que juega, le salgan más o menos las cosas, el centrocampista intenta aportar lo máximo para el equipo, cuando lo más sencillo, como pasa en el caso de Tello, sería buscar el lucimiento propio y las jugadas individuales, apostando más por enseñar que por aportar.
Cierto es que la tipología de ambos jugadores es diferente. Y que una, la de Tello, por su posición en el campo, pudiera demandar más este estilo de juego ‘individualista’, el de los regateadores que deciden las jugadas. Pero tampoco es menos cierto que Pedro o Alexis, que ocupan la misma posición que el extremo de Sabadell, tienen una actitud diferente en cuanto al trabajo de recuperación o la presión, por ejemplo.
Los caminos son diferentes. El deseo el mismo. Y el tiempo dirá dónde acaba uno y dónde el otro. La nariz me dice que Tello acabará cedido o vendido en algún buen equipo, pero no de primerísimo nivel, y que Sergi Roberto está siguiendo la línea trazada por otros grandes centrocampistas como Xavi o Iniesta, que recordemos, ‘chuparon’ mucho banquillo antes de consagrarse en la primera plantilla.