En la madrugada del lunes al martes, el periodista Xavier Bosch explicó en el programa «Tu diràs» de Rac 1 que el Barça tenía conocimiento a través de altas esferas judiciales españolas de que el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, había llamado al ex presidente del Gobierno, José Maria Aznar, que a su vez había llamado al ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón para que hiciera cambiar de opinión al juez Pablo Ruz sobre la admisión a tramite de la querella contra el ya ex presidente del FC Barcelona, Sandro Rosell. Según Bosch se trataba de “un caso que no iba a ninguna parte y que no se habría admitido a trámite en la Audiencia Nacional» y que «el fiscal cambia de parecer tras el toque del ministro Gallardón”.
Un día después, Florentino Pérez difundía un comunicado oficial del Real Madrid en el que exigía una rectificación al periodista catalán que, de no producirse, podría desembocar en la interposición de una demanda con él.
Ante las graves manifestaciones realizadas anoche en RAC 1 por el periodista Xavi Bosch, el presidente del Real Madrid C. F., Florentino Pérez, quiere manifestar lo siguiente:
1. Es rotundamente falsa la afirmación que pretende involucrar absurdamente al presidente del Real Madrid con el proceso judicial iniciado a raíz de la querella presentada por un socio del FC Barcelona contra el entonces presidente Sandro Rosell.
2. El presidente del Real Madrid exige al periodista autor de dichas falsas manifestaciones una rectificación en el mismo medio de comunicación de manera clara e inmediata.
3. Si esta rectificación no se produce, el presidente del Real Madrid presentará una demanda contra el periodista, en defensa del derecho al honor, la intimidad y la propia imagen. Para ello, ya ha remitido a los abogados el contenido de las acusaciones vertidas.
Cuán diferente es la manera de dirigir de Florentino Pérez su club con la que hemos vivido durante estos años en can Barça. Pérez ha tardado apenas unas horas en amenazar al periodista que ha osado salpicar, porque ni siquiera se puede considerar manchar, su imagen. De todos es sabido -y por nadie demostrado- lo que se cuece en el palco de un club tan grande como el Real Madrid. Desde que lo preside una persona con tanto afán de poder, es habitual ver a los presidentes y mayores accionistas de las empresas punteras del IBEX 35 desfilar por el palco como si de la pasarela Cibeles se tratara.
Ese palco debe guardar secretos que hundirían un país entero. En ese palco se cierran operaciones que dejarían el fichaje de Bale, Cristiano o Neymar en ridículo. Sobre todo el de Neymar. En ese palco, la confidencialidad se pacta cuando las dos partes se dan la mano, sin necesidad de firmar nada. Claro que tampoco hay otro presidente que pueda llamar a un ex presidente del Gobierno para que llame al ministro de Justicia y éste, a su vez, haga cambiar de opinión a un juez y hacer que admita a tramite una querella contra otro presidente. Esos números de teléfono sólo los tiene un presidente. El de la piel fina como el papel.
Lo que también resulta curioso es que se haya hecho a través del club. Florentino Pérez no ha convocado una rueda de prensa para explicar que se siente ofendido por las palabras de Xavier Bosch. Allí las cosas de palacio se tratan por palacio. El comunicado oficial se hace a través del club. Como Dios manda. El FC Barcelona como institución recibe a diario insultos y calumnias por buena parte de los periodistas que desfilan por los platós de las televisiones estatales o que escriben en las columnas de cualquier diario capitalino. Los Roncero, Relaño, López, Duro, Rodríguez, Pedrerol, Guasch, Inda y un largo etcétera campan a sus anchas tildando de drogadicto a Messi y de narcotraficante a su padre, hablando de compras de árbitros, acusando al club de manipular calendarios… y aquí paz y después gloria.
El Barça y su presidente estarían de querella en querella por cada minuto de oro de cada programa futbolero que se precie. Calumnias que muchas veces traspasan la linea de salpicar la imagen para intentar llegar a la desestabilización del club. Pero la política llevada a cabo hasta ahora por parte de la directiva era clara: poner la otra mejilla. Los comunicados se redactaban más por presión popular que por intención expresa del presidente. O al menos esa sensación daba.
No hay más que recordar una situación similar a la de Bosch y Florentino Pérez: las insinuaciones de dopaje de los jugadores azulgrana vertidas por Juan Antonio Alcalá en la cadena Cope hace un par de temporadas. Aquello desembocó en una demanda interpuesta por el Barça ante un periodista que o pecó de pardillo, o le dejaron vendido, puesto que dio una información imposible de demostrar, exactamente igual que Xavier Bosch. Sin embargo, aquella firmeza quedó en nada cuando el Barça aceptó 200.000 euros de indemnización para olvidar el asunto.
Esa sensación de piel gruesa contrasta con el resorte que parece tener Pérez para saltar a las primeras de cambio, probablemente porque le pillaron por sorpresa las palabras de Bosch. ¿Quién osa toserle en la cara a Florentino sin ponerse la mano?
Al parecer, Pedrerol no se lleva muy bien con Bosch. Tampoco con su mujer. Así que ya podemos imaginarnos a quién se dedicaran los próximos minutos de oro de la televisión «deportiva» capitalina.