Que tus jugadores filtren la alineación horas antes del partido, es una opción, pero no la deseable. Que minutos después de que se vaya la luz en el Coliseo de Getafe se conozca que el motivo es porque se ha enchufado un ecógrafo en el vestuario del Barça y por eso han saltado los plomos, es una anécdota, pero también un síntoma de que en las cuatro paredes del vestuario o en la sala de reuniones de cualquier hotel, nada está a salvo.
Durante unos años hemos vivido con reglas diferentes. Sólo en una ocasión, en abril de 2012, se conoció horas antes de un Barça-Real Madrid una alineación y el revuelo fue considerable. No es cuestión de defender un método u otro, simplemente de tomar una decisión. Antes de que tus futbolistas envíen el ‘WhatsApp‘ al periodista de turno anunciando la buena nueva y que pocos minutos después se publique la ‘exclusiva’ en las redes sociales, existe una opción más simple: anunciar el equipo con antelación.
Es evidente que, de momento, al ‘Tata‘ Martino no le molestan estas prácticas. En realidad se intuye de que le da igual si se conoce antes de hora su alineación, porque él es un tipo con las ideas claras. No sabemos si sus jugadores están o no autorizados a utilizar sus móviles durante las concentraciones, tampoco si cambió los hábitos alimentarios o el orden interno del vestuario, da lo mismo.
Poco a poco, el ‘Tata’ se ha ido haciendo con el control de la plantilla, a su manera, sin estridencias. Últimamente los resultados están acorde con el juego y se prometen emociones fuertes en la parte final de la temporada, con la presencia del mejor Messi y una mayor fiabilidad defensiva.
Advirtió Martino al poco de llegar, cuando apretó los dientes y no entendía nada cuando las goleadas se agolpaban en el casillero entre un juego discutible, que sus referente eran otros y sus códigos diferentes a los nuestros, cuestión de latitudes, pensaba él, cuestión de mentalidad, pensábamos otros. En cuanto la latitud y la mentalidad se han aproximado, la fiabilidad del equipo ha ido creciendo y se atisba un expectante final de campaña, como el de esas novelas negras que devora en cuanto se sienta en cualquier avión.
No sé si Martino ha leído a Proust, pero me gustaría que su fútbol y el del Barça, poco a poco, pudiera retrotraernos a momentos del pasado. Eso sí, manteniendo su idea futbolística y su particular manera de gestionar ese vestuario que por el momento le está dando buenos resultados y le está haciendo ganar adeptos entre el barcelonismo.
En el mismo instante en que ese sorbo de té mezclado con sabor a pastel tocó mi paladar… el recuerdo se hizo presente… Era el mismo sabor de aquella magdalena que mi tía me daba los sábados por la mañana. Tan pronto como reconocí los sabores de aquella magdalena… apareció la casa gris y su fachada, y con la casa la ciudad, la plaza a la que se me enviaba antes del mediodía, las calles…
(Marcel Proust. Por el camino de Swann)
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