A Martín Montoya, de 23 años y 15 de ellos en el Barça, le falta confianza. Solo así puede entenderse que ya no cuente para Luis Enrique ni para jugar partidos coperos frente a rivales de Segunda B y el técnico decida darle la titularidad a un jugador como Douglas Pereira, que puede tener confianza, pero ninguna calidad para jugar ni en el Barça ni en muchos equipos de Primera División. Si a Montoya no le falta confianza en su juego, a Martín le puede faltar compromiso o intensidad en los entrenamientos o las dos cosas, o tal vez ninguna. En cualquier caso, a Luis Enrique le genera dudas y parece que le ha enseñado la puerta de salida.
Montoya lleva en el Barça desde que tenía ocho años y salvo cuando subió al primer equipo, siempre ha sido titular, también con Luis Enrique el año que el asturiano dirigió al Barça B. Ha sido internacional (sub 16, 17, 19 y 21) en todas las categorías y siempre ha jugado de titular en detrimento de Dani Carvajal, ahora indiscutible en el lateral derecho del Real Madrid. En el fondo más que confianza, todo podría ser una cuestión de decisión, una capacidad que Martín tenía desde siempre y que ahora parece no tener, un aspecto diferenciador en su juego y fundamental en ese dibujo de arriba-y-abajo de Luis Enrique, en el que los laterales son pieza fundamental.
Y esa puede ser la principal razón de Luis Enrique, quien al parecer se reunió con el jugador hace unas semanas para exponerle claramente que no cuenta con él. El Barça renovó a Montoya en marzo pasado hasta junio de 2018. Disponía de ofertas de Inglaterra, Alemania y especialmente de Italia, que podía ser su próximo destino. El lateral se reunirá en los próximos días con la secretaría técnica del club para buscar una salida inminente, pero el Barça difícilmente lo traspasará y, como mucho, estaría dispuesto a una cesión, porque ya se sabe, hoy está Luis Enrique en el banquillo y mañana, veremos.
En busca de respuestas, Montoya ha desandado parte del camino avanzado buscando en qué parte del mismo se ha perdido. Incluso ha roto con su representante, Josep Maria Orobitg, para regresar con Juan de Dios Carrasco, el agente que guió su carrera desde que tenía 11 años y hasta que cumplió los 19. El canterano está en la encrucijada de su carrera, en la edad adecuada para dar el salto, y tiene que tomar la decisión adecuada: ¿Salir del Barça para jugar o quedarse y esperar su oportunidad?