El 27 de enero, el Villarreal humillaba en Montjuïc al Barça (3-5) y Xavi Hernández anunciaba en rueda de prensa que al finalizar la temporada tomaría las de Villadiego. Ayer, 24 de abril, tras semanas insistiendo en su marcha y negando la posibilidad de continuar, el entrenador cumplirá su contrato con el beneplácito del club y la estupefacción de la afición.
¿Qué ha ocurrido en estos tres meses para que se produzca ese cambio? Aquella noche de invierno –y los días siguientes–, Xavi aludió al sufrimiento que se padece en el cargo, a la salud mental y al bienestar de su familia como razones para abandonar el puesto. Incluso explicó que era una decisión tomada y meditada desde principio de temporada, convirtiendo en incomprensible la renovación de su contrato firmada en septiembre, con un mes de liga disputada.
Decir que tienes tomada la decisión de irte desde principio de temporada es incompatible con renovar un mes después y, sobre todo, con mantenerte en el cargo tras semanas diciendo que en junio lo dejarías. Donde dije digo, digo Diego.
A estas alturas, resultará difícil de creer cualquier explicación que se ofrezca desde el club que no sea la existencia de un contrato imposible de romper por el Barça (por su coste económico) que ha impedido, entre otras cosas, la búsqueda de un nuevo entrenador como se pretendía desde las oficinas. Xavi y el Barça están atados por un contrato que concluía en junio y que, desde septiembre, expira en 2025.
En esta situación, al Barça se le puede echar en cara que no plasmara negro sobre blanco la renuncia verbal de Xavi en enero, una jugada que le habría permitido moverse en el mercado de los técnicos sin ataduras. No se hizo. Se creyó en la palabra del técnico y esta, finalmente, ha resultado ser poco menos que un brindis al sol.
Tras un año de involución en el juego y de triste imagen en la banda, al barcelonismo le queda otra temporada donde se antoja difícil girar el rumbo. Ahora mismo, el futuro del equipo está secuestrado por un contrato que la institución no está en condiciones de liquidar, pese a que querría hacerlo, a causa de su salud financiera. Y así nos va.
Foto: FC Barcelona