Tenía que ser el mayor patrocinio en una camiseta del fútbol mundial. De hecho, se habían sentado las bases a finales de temporada. El entonces vicepresidente económico, Javier Faus, negoció un acuerdo en torno a los 65 millones de euros anuales para que Qatar Airways siguiera en el pecho del equipo más laureado del curso pasado y que tiene en sus filas a Leo Messi, el jugador que se volverá a llevar el ‘Balón de Oro’ el próximo enero. Pero algo se torció.
Por estrategia electoral, Josep Maria Bartomeu decidió durante la campaña mantener distancia con Qatar ante el alud de críticas del resto de aspirantes y, cierto o inventado, se empezó a hablar de otras alternativas. Que si Rakuten, que si otras marcas chinas… La realidad es diferente: sorprendentemente, la única gran oferta en firme es la Qatar y los cataríes parecen despechados después de que el Barça ninguneara sus petroeuros durante la campaña, ahora el problema es cuadrarlo todo.
El pastel se descubrió cuando Bartomeu se presentó en Doha con el vicepresidente de Media, Manel Arroyo, no para refrendar el acuerdo (65 millones de euros), sino para aumentarlo y que alcanzara los 70 para convertirse, de este modo, en el mejor patrocinio. Pero no ha sido así.
Lo que antes eran todo prisas para cerrar el acuerdo porque Nike no iba a llegar a tiempo para estampar las camisetas del próximo curso y llevar el asunto a la Asamblea de Compromisarios para su eventual aprobación, se ha convertido en un stand by al menos hasta principios de año.
La situación es compleja. Qatar no sube su oferta, la de Botemanía para vestir las camisetas de entrenamiento se ha diluido y de Rakuten no sabemos nada. El barcelonismo ha pasado de repudiar a Qatar a observar como su principal socio comercial ahora no está dispuesto a plegarse a los deseos del club. Nada queda de aquellas ofertas multimillonarias aparecidas durante la campaña, el club necesita cuadrar los números –recordemos: 325 millones de deuda neta y un 70% del presupuesto dedicado exclusivamente a fichas– y se desconoce si tiene un plan B.
¿Porque habrá un plan B, no?