Mathieu, Zubi, Balanta y el plan central

Zubizarreta llevaba dos temporadas con la tarea pendiente del central en su lista de cosas por hacer. No fue capaz de convencer o de encontrar el central ideal ni para Tito Vilanova primero, ni para Martino después. La lista de cada uno de esos dos veranos era extensa, con nombres nuevos cada curso y uno recurrente como Thiago Silva.

Y a la tercera campaña fue la vencida. Ya sea por expreso deseo de Luis Enrique o simplemente porque haya dado el visto bueno final, lo cierto es que de todos los centrales que han sonado para el Barça, Zubizarreta se ha decantado por Jérémy Mathieu a cambio de 20 millones de euros (17 pagados por el Barça más tres a los que ha renunciado el jugador francés de su ficha en el club azulgrana para poder sumarse al proyecto). “El Barcelona contrata a un buen futbolista que conoce bien nuestro fútbol y cuya integración va a ser rápida. Es polivalente, sabe asumir riesgos y nos ayudará a componer una línea defensiva intensa y con juego”, explicó Zubizarreta el día de la presentación del jugador.

Lo cierto es que el Barcelona se ha hecho con los servicios de un lateral reconvertido que en octubre cumplirá 31 años y que apenas lleva una de las cinco temporadas que ha pasado en el Valencia ejerciendo como central. Fue Ernesto Valverde en la temporada 2012-2013 quién descubrió a Mathieu su nueva posición. El ahora míster del Athletic hizo debutar al francés en el eje de la zaga valencianista el 22 de febrero de 2013, cuando entró para sustituir al lesionado Ricardo Costa en un partido contra el Zaragoza. Por entonces Mathieu había pasado meses apartado de los terrenos de juego por una lesión en el tendón de Aquiles que sufrió en la campaña 2011-2002 y que se prolongó hasta la 2012-2013. Sin embargo, desde que Valverde lo utilizara como central por primera vez, el galo se afianzó en esa posición y la temporada pasada también vivió sus mejores partidos en esa zona de la defensa. Primero con Djukic, que intentó sin éxito devolverlo a su posición natural, y luego con Pizzi.

Desde entonces Mathieu ha venido comentando en diversas ocasiones su preferencia por jugar como central, una posición en la que a sus 30 años se le exige un juego menos explosivo que en el lateral o el extremo. “Me siento más cómodo de central y vengo para jugar ahí. Desde que me puso Valverde me sentí muy bien’’, comentó durante la rueda de prensa del día de su presentación.

Lo que ahora se le recrimina a Zubizarreta, más allá de si Mathieu puede ser o no un buen central para el Barça, es el plan de futuro para el equipo y la posición primigenia del francés. El Barça necesitaba dos centrales y tres años después sólo ha llegado uno, que no es central de origen y del que no se esperan, por edad, más de dos temporadas al máximo nivel. Un parche mal cosido para un roto que hace demasiado tiempo que dura. Y en la primera plantilla sólo Bartra y Piqué son centrales puros. El primero todavía necesita partidos y el segundo no ha encontrado el nivel que logró el primer año de Guardiola. En el B todavía no hay un jugador de garantías para sumarse a la terna. Edgar Ié, Bagnack, Costa o el recién llegado Diawandou Diagné todavía no tienen la entidad suficiente como para seguir los pasos de Bartra. Otros que parecía que estaban a punto han acabado saliendo del filial, como es el caso de Sergi Gómez.

Por cierto, mientras tanto, todo apunta a que el Valencia está a punto de suplir la baja de Mathieu en el centro de la defensa con uno que sonó para el Barcelona: el colombiano de 21 años Balanta.