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Hola amigos. Os escribo desde Barcelona mientras apuro mis últimas horas antes de volar a Manchester para afrontar las últimas semanas de competición.
Quizá se pueda pensar que tal y como estamos ya no tiene importancia qué pase de aquí en adelante, pero creo que pueden ser determinantes para ver el ánimo con que el Blackpool empezará la próxima temporada. De los últimos 70 partidos se habrán ganado unos siete y eso indica la dinámica de este club en el último año y medio así que dar buena imagen y sacar buenos resultados es de mucha importancia de cara al futuro.
Esta semana pasada conocimos con asombro la noticia de la tragedia aérea de los Alpes franceses. Se me hace muy difícil hablar y opinar del tema porque estas cosas te dejan tocado. Yo bajé a Barcelona el domingo de la anterior semana para firmar la compra del piso y volver el lunes por la noche. Por un despiste con los horarios perdí el avión de vuelta y desesperado por encontrar a toda prisa una alternativa esa misma noche o el martes por la mañana surgió la opción de volar a Manchester con escala, vía Dusseldorf. Aquel mismo vuelo. En ningún momento me lo llegué a plantear porque preferí volar a Londres y alquilar un coche. Pero igualmente se me hace un nudo en la garganta al pensarlo. Luego te enteras que hubo quien sí tomó esa opción y el tema aún te afecta más. A veces la vida parece una simple tomadura de pelo porque esa gente, nadie, merece un final así y entiendes que vivimos en un mundo enfermo.
El martes llegué tarde al entreno con la consecuente multa pero llegué… Otros no pudieron. Que descansen en paz.
Ya de vuelta, el miércoles entrenamos en la playa de St. Annes. No lo había hecho hasta entonces y encima lo hicimos con botas de taco largo! Nos lo pasamos en grande, aunque trabajamos muy duro antes de empalmar, el jueves, con otra sesión física muy fuerte antes de disfrutar tres días de descanso. Es bueno ver que el cuerpo técnico sigue trabajando a pesar de la situación y que nadie baja los brazos.
Los tres días en casa son los más cortos del año y esta vez, con el tema del piso aún faltaron horas. Ya decidimos que habrá obras en el piso y entendido que será ‘complicado’ lidiar con el portero de la finca, porque es de esos del pasado, con una autoridad que tira de espaldas y poca simpatía. Espero que le guste el fútbol.
Y aprovechando que estábamos toda la familia en Barcelona, incluidos Jordi y Berta que vinieron desde Sunderland, hemos celebrado el cumpleaños de Norah. Por tercera vez en dos semanas. La pobre acabará confundida porque pensará que ha celebrado los 3, los 4 y los 5 años en dos semanas. Pero eso son los gajes de vivir lejos de tu familia.
De vuelta a Inglaterra, eso sí, lo haré con las pilas bien cargadas y con ganas de darlo todo hasta final de temporada. De entrada me motiva mucho este próximo partido en Bolton. Es un buen campo, somos ‘vecinos’ y habrá ambiente asegurado. Ojalá las cosas me vuelvan a salir más o menos como contra el Leeds… Y que nos acompañe la suerte del resultado porque ganar un partido fuera de casa es un reto que tenemos pendiente y no quiero decir adiós a la temporada sin hacerlo.
Volviendo a los días de ‘descanso’, el viernes por la tarde el amigo que me convenció para escribir esta columna semanal me invitó a ver el entrenamiento de su hijo en Barcelona. Me habría encantado tener un crío para ir a verle entrenar y ser un padre ‘sufridor’ como lo fue el mío en mi época y disfruté ahí sentado, charlando con él y viendo a Jordi en el campo, con esos ejercicios que más o menos recuerdo aún, con los ánimos del entrenador y el corro de padres en la grada ‘ganando el partido del domingo’ con sus ‘sabias decisiones’. Lo pasé bien y de vuelta a casa, en el coche, hasta me atreví a darle un par de consejos a los que contestó prometiendo dedicarme un gol el domingo. Marcar no marcó, pero ganaron 1-0 y fue él quien hizo la jugada del gol. El chaval tiene maneras. Su padre… Dejémoslo correr.
Por cierto, ya os avisé que no me hicierais demasiado caso con mis previsiones. Dije que no valía la pena ver una carrera de Fórmula Uno por la superioridad de Mercedes y de entrada Vettel y Ferrari ya me han dejado en evidencia. Desde luego, los pronósticos no son lo mío.
Ahora nos queda una semana de trabajo en Blackpool para intentar acabar la temporada, que tiene un sprint final a todo ritmo, de la mejor manera. El sábado toca el Bolton como primera prueba de fuego y podeis estar seguros que vamos a ir con la mejor de las intenciones. Hay que sacar la cabeza como sea.
¡Un abrazo a todos!
Vamooooooosssss