Se va Serena Williams… vuelve Sharapova

Por muy injusto que parezca, no es lo mismo que un tenista anónimo y desconocido sea sancionado por dopaje y regrese a las pistas una vez cumplida la sanción… a que lo haga Sharapova. Y es que entre que vuelva a jugar y que no lo haga hay un abismo de intereses. Los propios torneos, los sponsors, los medios de comunicación… y, lógicamente, sus rivales. Si al regreso de Sharapova se le suma la baja de Serena Williams para lo que resta de temporada, por su embarazo, menudo revolcón en el mundo del tenis femenino.

El debate respecto a la vuelta al ruedo de Sharapova, al que se han sumado casi todas las principales figuras del planeta tenístico, no lo es tanto porque la jugadora rusa vuelva a jugar (cumplida la sanción, tiene todo el derecho a saltar a la cancha), sino que lo haga empezando de cero… o aceptando invitaciones de los mejores torneos del circuito. Es decir, si Sharapova tendría que disputar torneos desconocidos y comenzar a escalar posiciones en el ranking para ganarse el derecho a jugar entre las mejores o si entra directamente en los cuadros finales de las citas a las que acudía (y ganaba) hasta que anunció que tomaba un medicamento prohibido.

A la compleja cuestión se une una coincidencia. La jugadora puede empezar a jugar oficialmente el 26 de abril. Ese día es la última oportunidad para debutar en el torneo de Stuttgart, que arranca dos días antes. Y el patrocinador del torneo, Porsche, es patrocinador de la tenista. Una de esas empresas que precisamente no dejó en la cuneta a la tenista cuando fue castigada.

Hay tres elementos discutibles pero totalmente lícitos. En los se que se escudan la ITF y la WTA. Cualquier torneo tiene en su poder una serie de invitaciones para tenistas que no tengan suficiente ranking para jugarlo. Cualquier torneo decide cuándo debuta un jugador, habitualmente el lunes, el martes o el miércoles de la semana del evento. Y Maria puede volver a jugar oficialmente desde el próximo miércoles.

Pero en lo que el torneo de Stuttgart (y en el de Roma y en el de Madrid, de momento) ha caído es en un agravio comparativo. Hay jugadores «limpios» que no reciben esa invitación. Incluso una tenista como Barbora Strycova fue sancionada y tuvo que volver a empezar de cero. Y Francesca Schiavone, ganadora en Roland Garros y que este año se retira, quiere jugar el mismo torneo donde reaparecerá Sharapova… y no podrá hacerlo por falta de ranking y de invitación.

A favor de que la rusa juegue como invitada de excepción y que debute in extremis se han posicionado Venus Williams, Garbiñe Muguruza, Victoria Azarenka, Simona Halep o Svetlana Kuznetsova, además de Chris Evert o Manolo Santana.

¿Tenistas en contra de ese trato de favor hacia la siberiana? También. Caroline Wozniacki, Angelique Kerber, Alize Cornet o Dominika Cibulkova, además de Murray, Tsonga, Kyrgios, Roddick… y la propia Schiavone, lógicamente.

Federer dice que es difícil pronunciarse (recuerden la tradicional equidistancia de su patria helvética) y Roland Garros y Wimbledon, por ahora y de manera oficial, no han decidido qué hacer, aunque a priori no son partidarios de ponerle las cosas fáciles a Sharapova.

Ella no ha dejado de entrenar. Y los espectadores están a la expectativa de si podrá reverdecer viejos laureles. Si volverá a ganar y a dar espectáculo como hizo en los 35 torneos (cinco Grand Slams incluidos) en los que se impuso. En unos días y ya sin Serena Williams en liza, la margarita se quedará sin hojas.

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