Pedro Rodríguez: el azote de los débiles

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La cercanía del Mundial al grotesco cierre de temporada del Barcelona ha ocultado varios debates futbolísticos que, dado el fin de fiesta culé, deberían salir a la luz cuando el campeonato de Brasil concluya. Los más obvios, como el rendimiento del ya ex-técnico Tata Martino o del también ex Cesc Fàbregas, ya se han saldado. Otros, como el sempiterno asunto de los centrales, se están aún dirimiendo en las oficinas del club.

Las compras no son las únicas operaciones que baraja la secretaría técnica del Barça. A las salidas de Valdés, Puyol, Pinto y la ya comentada de Fàbregas se les van a unir otras, como las de Cuenca, Tello, Song o incluso Dani Alves. Es probable también que Alexis Sánchez, revalorizado tras su gran Mundial, se marche rumbo a Inglaterra o a Italia.

El caso del chileno es muy simple y su posible marcha se reduce a un único motivo: hacer caja. El gran objetivo del club es firmar a Luis Suárez, otro delantero, y por Alexis se pueden llegar a sacar cuarenta millones de euros. El jugador, que tampoco gozaría de la titularidad sobre el papel con la llegada del uruguayo, no vería con malos ojos marcharse, toda vez que su relación con el Camp Nou no acaba de cuajar.

Lo más sorprendente del caso es, sin embargo, el silenzio stampa alrededor de Pedro. Jugador clave en los inicios de la era Guardiola y hombre gol por antonomasia, se ganó la titularidad a pulso en el mejor Barça de la historia, llegando a coronar su gran temporada con el gol que abría la lata en Wembley. No obstante, su rendimiento desde entonces ha caído en picado, tocando fondo en la presente temporada.

Sus estadísticas (16 goles y 8 asistencias en 32 partidos, con 14 de ellos como titular) son el principal baluarte esgrimido por sus defensores. Si bien sus cifras lo colocan como el tercer artillero del equipo, sólo por detrás de Alexis y del que siempre está por encima de todos, un breve análisis a los datos hace temblar los únicos cimientos en los que se sostiene su temporada.

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Figura 1. Minutos (azul), goles (rojo) y asistencias (verde) de Pedro en la Liga BBVA, teniendo en cuenta la posición final del rival en la tabla.

Así, la contribución goleadora del canario pierde bastante del lustre que, con las cifras puras, puede aparentar. El promedio de Pedro contra los equipos de Europa fue de un gol cada 435 minutos, contra los de la parte media alta (siete al once) fue de 219, tocó techo contra los de la media baja (del doce al dieciséis) con un gol cada 80 minutos y se volvió a desplomar contra los equipos más enfrascados en la lucha por no descender con un gol cada 275 minutos. En Champions League, con un gol en siete encuentros (305 minutos) y ninguna asistencia, se evidencia de nuevo el problema de Pedro ante los rivales de enjundia.

Figura 2. Clasificación de los goles de Pedro según si estos fueron el primero del equipo (o el gol ganador), el segundo o el tercero o superior.
Figura 2. Clasificación de los goles de Pedro según si estos fueron el primero del equipo (o el gol ganador), el segundo o el tercero o superior.

La figura que precede a estas líneas ejemplifica la pérdida de uno de los factores que consagraron a Pedro: su don de la oportunidad. Fuese en la Supercopa de Europa, el Mundial de Clubes, un clásico o una final de la Champions, siempre aparecía el dorsal diecisiete listo para ejercer de superhéroe. Esta última temporada ha sido todo lo contrario: sólo en tres partidos (Rayo, Getafe y Athletic, marcando dos hat-tricks contra los dos primeros) los goles del tinerfeño se tradujeron en puntos para su equipo. En casi el 50% de las ocasiones, sus tantos sirvieron para cerrar goleadas. En los partidos clave de la temporada, su contribución fue nula.

A pesar de ello, el presidente Bartomeu declaró a Pedro Rodríguez intransferible hace apenas unos días y el jugador goza de buen cartel entre gran parte de la afición, enamorada de un pasado que bien podría inspirar algún guión de Hollywood. Las noticias que llegan respecto a su futuro en el Barça van en este sentido, ya que, según el diario Marca, el club ya trabaja en una renovación del contrato que lo vincula hasta 2015 al equipo que lo vio triunfar y que ahora mira hacia otro lado en su caída. Pedro ha perdido su ángel y ha pasado a ser arma de la intrascendencia.