Orlandi’s Monday: el momento de los hombres

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La ansiada búsqueda de la felicidad se hace cada vez más complicada. Esta temporada está siendo sin duda la más difícil desde que soy profesional. Tal y como empezó todo se podía intuir que las cosas necesitarían su tiempo, que no iba a ser un camino de rosas, pero ni en mis peores pesadillas podía imaginarme esto. Me cuesta dormir, me cuesta mantener la alegría y disfrutar de mi trabajo. Sólo el apoyo que tengo en casa me mantiene en pie.

Por otro lado soy de los que piensa que cuanto más alta es la piedra, más alto hay que saltar. Y sé que solo poniendo de nuestra parte y siendo hombres sacaremos esto adelante. Y digo hombres porque el campo no miente. Hay que dar la cara y si las cosas no salen, intentarlo una y otra vez. Porque lo que no puede ser es ni siquiera intentarlo. Y eso todos, yo el primero. Tengo que demostrar que merezco jugar en esta categoría como lo he hecho todos estos años, porque por ahora siento que no aporto lo que puedo y debería aportar.

No quería hablar esta semana del equipo, por todo lo que está pasando, pero de qué voy a hablar si no… No tengo otra cosa en la cabeza. Y quiero desde aquí pedir perdón a nuestros fans que vinieron a Reading, en primera persona y de forma especial. No les saludé al acabar el partido y por mucho que pueda parecer una tontería es un hecho que no puedo pasar por alto. Cuando el árbitro pitó el final me quedé sentado en el banquillo, entre desanimado y hundido. El mundo desapareció para mi y no me porté como debía con ellos. Lo siento de verdad.

Más allá de nuestra depresión y la obligación que sentimos, el fútbol sigue. En España fue la semana del Clásico y parecía que el mundo iba a acabarse, como si el país saliera de la crisis dependiendo del resultado. Lo cierto es que es un partido que merece la pena ver porque es un choque de trenes, un espectáculo y un reto entre dos estilos preciosos. En el viaje a Reading, Edu Oriol y yo propusimos una porra al resto de compañeros. 5 libras cada uno. Los ganadores fueron Peter Clarke y Jef Rentmeister. La idea era ver el partido todos juntos en el bus, de vuelta a casa después de haber ganado y disfrutarlo… Poco pudimos disfrutar.

El Barça acabó por perder pero sacar conclusiones a partir de un solo partido es aventurarse. Más cuando quien te ha ganado es un rival de primerísima calidad. ¿Fue el Madrid mejor? Vale. Ayer leí que Luis Enrique lo reconocía, lo que es una buena manera de preparar lo que venga. Por cierto, si Casillas no saca esa mano milagrosa a Messi y el Barça se pone 0-2, es evidente que el partido habría sido otra historia.

Me sorprendió ver a Suárez jugando de inicio. Eso muestra la dimensión que tiene Luis. Normalmente otro futbolista habría entrado progresivamente en las alineaciones, poco a poco, cogiendo confianza y automatismos, pero si Luis Enrique decidió ponerle de entrada es porque sabe la joya que tiene entre manos. Aporta lo justo que le ha faltado al Barça: esa energía, ambición y ganas de superarse que no se ha visto en el campo desde que se marchó Guardiola.

Suárez tiene que ser la cara en el Barça que ya es la cruz Balotelli en el Liverpool. En Anfield Road no están demasiado contentos con quien ha llegado para sustituirle y ayer leí en ‘La Gazzetta dello Sport‘ que muchos hinchas del Liverpool fueron a Anfield a devolver las camisetas que habían comprado con su nombre para cambiarlas por otro jugador. Creo que todo lo que rodea a Mario se magnifica, pero él no hace nada por cambiar la imagen que se tiene de él. Y eso que aquí en Inglaterra la gente lo perdona casi todo… Menos que no sudes la camiseta y luches por el escudo que representa.

Yo no digo que Balotelli no lo intente porque a su manera se le ve más implicado de lo que estuvo en otros lugares, sin ir más lejos en mi querido Milan. Pero eso no es suficiente. Si llegas a un club para hacer olvidar al Bota de Oro, lo menos que puedes hacer es dejarte el alma en el campo y agradecer con tu sudor el esfuerzo del entrenador que ha apostado por ti y eso no lo ve la gente. Y la gente, la afición, es la que mejor sabe distinguir esas cosas. Ojalá cambie la situación porque Brendan Rodgers lo merece.

Creo que el Liverpool, en el fondo, está pagando el desgaste de jugar también la Champions, pero tiene al mejor entrenador de la Premier y estoy convencido que la situación del equipo se encauzará. De Mario… Pues no sabría si apostar por él.

Por nosotros apuesto. Sí. Con los ojos cerrados y el corazón encogido pero debo hacerlo. Como podéis imaginar no he vivido una semana especialmente positiva. El martes pasado volví al equipo contra el Derby County y fue un partido de mucho desgaste. Corrimos detrás de la pelota la mayor parte de los 90 minutos y acabamos perdiendo de penalti después de intentar ganar de todas las maneras.

Fueron mis primeros minutos después de algunas semanas y lo noté los dos días siguientes. Las derrotas si algo hacen es perjudicar a tu cuerpo y tu mente, es muy estresante y yo lo paso especialmente mal. Intentas sacar buenas conclusiones para el siguiente partido y para jugar en Reading estábamos convencidos de dar un paso al frente. No pudo ser. Y maldita la gracia que significó ese partido.

En casa, la peque, Emma, ha estado malita por los dientes y hemos tenido noches de poco descanso en casa. Lo cierto es que Laura carga con la mayoría de las tareas nocturnas, por no decir todas, pero uno no duerme cuando tu bebé llora, por mucho que no tenga que levantarme. Si a eso le sumamos que me cuesta horrores dormirme pensando en nuestros partidos, el resultado son las ojeras de Beetlejuice.

De los malos momentos uno solo sale con trabajo y más trabajo, y a eso voy a dedicar esta semana. A prepararme lo mejor posible para la próxima batalla. Sin pensar en nada más. Hay que salir adelante como sea. Y por trabajar no quedará…

En el equipo se empieza a notar la tensión y de corazón espero que las cosas empiecen a mejorar porque somos un grupo unido y no me gustaría ver el mínimo atisbo de desunión en el vestuario. Hemos hablado y hablado, hemos intentado darle la vuelta, tenemos que seguir unidos y no perder la confianza en los demás. Porque entonces si que sería imposible cambiar la dinámica. Esta semana deberían volver Joan Oriol y José Cubero. Cuando todos hemos estado, hemos sido competitivos. Ojalá todo esto pase pronto y pueda contaros pronto como celebramos nuestros triunfos.

Un abrazo a todos.

¡Vamoooossss!

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