La liga se juega en el Bernabéu

A dos jornadas del clásico la liga se ha vuelto a apretar. Con el empate del Real Madrid en el Calderón y la victoria con más goles que fútbol del FC Barcelona ante el Almería, los culés se han puesto a un punto de los merengues.

Las sensaciones son opuestas. El Madrid ha ido de menos a más y le ha remontado nueve puntos al Barça en poco tiempo. Ancelotti ha ido compactando al equipo hasta lograr más solidez defensiva, sin perder pegada. Mientras, en Can Barça el Tata Martino no acaba de encontrar la tecla para conseguir el control total de los partidos. Su equipo acostumbra a tener el balón, más o menos fiel a su estilo, pero sólo suele ofrecer unos 30 minutos intensos, cuando hace pocas temporadas ofrecía al menos una hora al máximo. Cuestión de edad de los jugadores, de hambre de títulos, de motivación y táctica o de todo un poco. Si el Barça actual, en esos 20-30 minutos intensos logra dos o tres goles, gana los partidos con cierta solvencia. Si no, sufre en exceso.

Y así, con el campeón como un boxeador veterano y el Madrid como el eterno aspirante, ambos equipos llegarán al combate del año sabiendo que puede ser determinante. No sólo por los puntos que se jugarán entre ellos, sino porque la experiencia les dice a ambos que golpear duro al adversario y dejarlo knock out les puede allanar el camino hacia el título.

No es una norma escrita y no siempre es así. El año pasado, por ejemplo, el clásico se lo llevó el Madrid y en cambio la liga fue azulgrana, pero la situación era distinta; el Barça visitaba el Bernabéu con un cojín de 16 puntos de ventaja. En cambio, si tomamos como referencia otras temporadas como la 2011-2012 recordaremos cómo la victoria de los de Mourinho en el Camp Nou les catapultó al campeonato. “Quiero felicitar al Madrid por la victoria y por la Liga que van a ganar” fue la elegante frase –y dolorosa para el barcelonismo– que pronunció Pep Guardiola.

Pero si hay un referente en el cual debería de fijarse Martino es el de la temporada 2008-2009. Entonces, como ahora, ambos contendientes llegaban bastante igualados y el Madrid le había recortado ocho puntos al Barça. Situación similar. Los blancos sacaron pecho antes del enfrentamiento, como sin duda harán dentro de dos semanas. Su presidente, Vicente Boluda, había hablado hacía poco de que ante el Liverpool en Champions aquello iba a ser un chorreo (y vaya si lo fue). Y en cuanto al clásico dijo que «el Barcelona es favorito pero estoy convencido de que vamos a ganar la Liga». El Barça llegó con un perfil bajo y tras recibir un par de puñetazos en el ring, le pegó tal paliza a su adversario que casi lo mata.

Estaremos pues de acuerdo en que vencer con solvencia puede influir mucho. Si queda una esperanza para que el Barça frene la caída e inyecte de nuevo optimismo a su afición, pasa por dar el golpe en el Bernabéu. La plantilla tiene una gran oportunidad de demostrar que aún tiene ambición y el Tata de ganarse por fin la confianza del aficionado. Todo ello sin fallar en el resto de partidos, por supuesto.

Y sin quitar ojo al convidado de piedra, un Atlético de Madrid que a punto estuvo de ganar este domingo al líder y que en caso de llegar empatado con el Madrid al final del campeonato, lo ganaría por goal average. La última jornada de liga, un Barça-Atlético en el Camp Nou, también puede ser clave.