Desde la marcha de Guardiola, el Barça demanda de más variantes en ataque. El equipo de Pep sublimó el juego de ataque con un estilo de toque y movimiento continuo, de enseñar la pelota en un lado para llevarla al opuesto y finalizar.
Pero ya en su última etapa, también en la de Tito/Roura, fueron muchos los rivales que supieron contrarrestar ese juego acumulando efectivos en la zona central de la defensa, bien arropados atrás, y dejando las bandas libres.
LOS PASES EN LARGO DEL TATA
La temporada pasada el Tata entendió que la evolución era necesaria y su variante fue utilizar más el juego directo y los pases largos desde su defensa para romper la monotonía y sacudir las defensas rivales. Viendo los número seguramente el problema del técnico argentino no estuvo ahí –acabó el curso con 100 goles marcados por los 104 del Madrid, líder en ese apartado– sino en defensa, donde recibió 33 goles en contra por los 26 del campeón Atlético de Madrid.
Con Luis Enrique, las prestaciones defensivas han mejorado ostensiblemente en este inicio de temporada. Cinco partidos y la portería todavía a cero. Se dice que los equipos se empiezan a construir desde la defensa, una línea que mejora rápidamente con trabajo, dedicación y horas de vuelo; y seguro que el asturiano se está esperando en esa zona.
En ataque, sin embargo, el Barça no acaba de ofrecer todo el potencial que debiera. En los cinco primeros partidos de Liga el conjunto culé ha marcado 11 goles, una media de 2,2 por partido, muy por debajo de Real Madrid 18 goles en los mismos encuentros y una media de 3,6 y el Valencia, 13 tantos para una media de 2,6 goles por encuentro.
Incluso el Tata el año pasado empezó con unas cifras goleadoras superiores: 18 goles en los primeros cinco encuentros, en aquella ocasión contra equipos tan complicados como Valencia, Málaga o Sevilla.
LAS VARIANTES DE LUIS ENRIQUE
Por lo visto hasta ahora, Luis Enrique también ha percibido que debe dar esa vuelta de tuerca ofensiva. Y parece que sus tiros van por utilizar a los tres delanteros por dentro para dejar las bandas libres para la llegada y centro de los laterales. Contra el Villarreal, por ejemplo, Alves colgó hasta 18 balones a la olla. Y en estos cinco partidos de Liga ya ha probado esa misma suerte hasta en 32 ocasiones, una media de más de 6 centros por encuentro.
El asturiano también ha subido una línea el iniciador del pase en largo. Ahora son los centrocampistas y no los centrales –como ocurría con el Tata– los que utilizan ese recurso, lo que repercute en una mejor estadística de pase y de utilización efectiva de esta variante de ataque.
Sea como fuere, queda claro que el Barça debe dar un nuevo click a su manera de atacar. Veremos si Luis Enrique consigue tocar la tecla adecuada. La solidez defensiva parece que ya la ha encontrado con un nuevo referente: Mathieu.