Antonin Panenka pasó a la historia del fútbol por un penalti lanzado con una frivolidad y sangre fría nunca vistas. No solo por la manera en que ejecutó aquella pena máxima, sino por el escenario en que lo hizo, en la tanda decisiva que, en 1976, le dio el título continental a Checoslovaquia frente a la poderosa Alemania Federal, campeona del Mundo y de Europa hasta ese día. Aquello sucedió el 20 de junio y un penalti no volvió a convertirse en mítico hasta seis años y medio después, el seis de diciembre de 1982.
La diferencia, primera y principal, es que el protagonista no precisaba de ningún penalti para entrar en los libros del fútbol. Aun así, anotó el penalti indirecto de Cruyff. Johan Cruyff, el personaje, había cumplido ya los 35, jugaba su segunda etapa en el Ajax tras su periplo por el Barça, los Estados Unidos y el Levante, y hacía mucho tiempo que había conquistado la eternidad. Pero siempre hay algo con lo que innovar y Johan decidió que aquella tarde era la adecuada. Se enfrentaba el Ajax con el modesto Helmond Sport y en el paseo militar con que el equipo de Amsterdam convirtió el partido hubo un penalti, ya en la segunda parte, que acabó por convertirse en mítico.
El penalti indirecto de Cruyff y Olsen
Cruyff colocaba el balón con mimo y sin más lo que hizo fue dar por sorpresa un pase adelantado, en diagonal, a la izquierda, por donde apareció Jesper Olsen. Con el portero medio en el suelo, el danés le devolvió la pelota a Johan quien, a puerta vacía y ante la incredulidad de todo el mundo, marcó el gol y nacía así el penalti indirecto de Cruyff.
El Ajax, que venció el partido por 5-0, acabó conquistando el doblete (Liga y Copa) con el liderazgo de Cruyff. Al finalizar aquella temporada el presidente del club ajacied, Michael van Praag, insinuó que Johan, 36 años, no estaba en condiciones de seguir al máximo nivel y provocó que, enfadado, se fuera al eterno rival, el Feyenoord. Al curso siguiente ganó otra vez el doblete holandés y entonces sí decidió su adiós.
Pero eso es otra historia…
El ridículo de Pirès y Henry
La genialidad de ‘el penalti de Cruyff’ en 1982 se convirtió en ridículo al cabo de casi 23 años. El 22 de octubre de 2005 el Arsenal jugaba frente al Manchester City en el viejo Highbury y apenas quince minutos después de transformar Robert Pirès un penalti, el árbitro volvió a castigar al City con una pena máxima… Y Pirès pretendió imitar a Cruyff con Thierry Henry haciendo el papel de Jesper Olsen. El centrocampista plantó la pelota, tomó carrerilla y quiso hacerla rodar hacia adelante con la suela… Pero el balón no se movió de sitio, Henry se quedó pasmado al pasarse de largo y la jugada acabó en un bochorno absoluto. Por suerte para ellos, el Arsenal ganó 1-0.