El Barça gana tiempo y se mete en cuartos

El cuarto partido del Barça de Quique Setién (5-0 al Leganés) trajo consigo una cierta mejora del juego, para horror de contadores de pases, haters irredentos y gente de mal vivir que todavía cree que el juego que se propone en el Camp Nou desde hace años consiste solo poseer la pelota.

Arrancó el encuentro con un susto en forma de disparo de Braithwaite que salió rozando el palo izquierdo de la portería de Ter Stegen, reflejo seguramente del principal defecto mostrado por el equipo hoy: las llegadas de un Leganés que se aproximó al marco del alemán en seis ocasiones con cierto peligro. Más allá de eso, los síntomas de recuperación fueron evidentes.

El Barcelona metía hasta cinco jugadores por delante del balón en el ataque estático y, más importante aún, todos ellos se movían con intención. Busquets dirigía al equipo con el apoyo de un Arturo Vidal que parece haber encontrado su rol y de un Frenkie De Jong que tiene aún deberes claros para volver a ser el jugador deslumbrante de principio de temporada.

Colaboró a la mejora el temprano gol inicial, generado por un pase al hueco de Messi a Semedo, quien centró para que Griezmann anotara en el minuto tres. El delantero francés, que comenzó jugando de nueve, cuajó una excelente primera parte, moviéndose constantemente y ofreciendo desmarques de ruptura que no siempre fueron vistos por sus compañeros. Aun así, Griezmann anotó un segundo tanto que fue anulado por un fuera de juego milimétrico de Jordi Alba.

Fue un compatriota suyo, Lenglet, quien en el tercer remate a puerta a balón parado -esta vez de córner- hizo subir con un testarazo el 2-0 en el minuto 27. Apenas había transcurrido media hora de partido y la eliminatoria parecía sentenciada.

Y seguramente por eso, la segunda parte comenzó con un Barça más espeso, tan dominador absoluto como romo, pero también más seguro atrás. Dormitaba el Camp Nou cuando De Jong conectó por fin con Messi y el argentino aprovechó su pase al hueco para, con algo de fortuna en forma de rebote, poner el 3-0 en el marcador.

La media hora restante sirvió para poco más que para dar descanso a Jordi Alba, para que Rakitic sustituyera a Vidal y para que Arthur tuviera veinte minutos para ir cogiendo ritmo y anotar el cuarto gol del partido, culminando una jugada que ni Ansu Fati, tapado por Cuéllar, ni Messi, cuyo remate frustró Awaziem, no pudieron acabar.

Si algo ha demostrado el argentino en estos años es que no es un futbolista de los que se van contentos a casa con un gol de rebote. Por eso Messi, que logró hoy la victoria número 500 con la camiseta del Barça, aprovechó un excelente pase de Rakitic para driblar al portero del equipo pepinero, dejarlo sentado y poner el 5-0 a puerta vacía.

Sin demasiado esfuerzo pero sin sufrimiento, el Barça jugará los cuartos de final de la Copa del Rey y Quique Setién ganó algo de tiempo, un tiempo que le vendrá bien par air afianzando su idea.

Foto: Sport
messi griezmann setién barça