OBLIGADO a jugar con los pies, solvente toda la noche.
DERROCHADOR en el esfuerzo, estuvo muy batallador y activo. Sacó una bajo palos.
REJUVENECIDO. Recordó al central al que todo le salía hace cinco años.
AIZKOLARI. Si le ponen una secoya hoy, también la corta. Partidazo del argentino.
GUARDARROPÍA. Por la banda de Vela y Prieto no caben alegrías: imposible sumarse demasiado al ataque. Griezmann se le escapó en el gol del empate realista.
CENTINELA. Muy atento para ofrecer a sus compañeros una opción de pase en todo momento. Como pez en el agua.
CÓMODO. Las bandas largas que Martino propuso para Alves y Alba juntaron mucho al equipo por el centro, lo que supuso una plácida noche para los pases cortos del egarense.
FLUIDO. Hacía tiempo que no se veía un partido tan alegre de Iniesta. El complemento perfecto en las jugadas de pared de Messi.
SOCIO de todos. Con sus ayudas constantes en ataque y defensa, cuajó un gran encuentro… ¡y estamos en febrero! Lo estropeó con una entrada sin sentido al final.
DESAFORTUNADO. Puso todas sus energías para trenzar jugadas de desborde con Alves en la derecha, pero no tuvo suerte de cara al gol.
HISTÓRICO. Igualó los goles en partidos oficiales del mítico Zarra. Se está quedando sin récords.
REFRESCO. Entró para dar descanso a Xavi y para probar ese doble pivote con Busquets que a Martino tanto le gusta.
SIN TIEMPO para lucir.
TESTIMONIAL. Asistió al gol de Griezmann y poco más.
1×1