COLADOR. Cuando al equipo le falta voltaje, deja de ser espectador para evitar que los plomos acaben fundiéndose, pero últimamente causa subidas de tensión en las salidas, como en la que erró en el 3-1.
GUADIANESCO. Comenzó mal, sobre todo en defensa, pero palió sus carencias con la asistencia a Messi en el 1-1. Después desapareció.
NERVIOSO. Se alternó con Piqué para marcar a Vela, pero el mexicano le causó algunos problemas. Una tarjeta a la media hora le condicionó demasiado, acabó fallando estrepitósamente en el rechazo que dio paso al 2-1 y naufragando como sus compañeros.
PATÉTICO. En un partido intenso cometió algunos errores de pase inaceptables en un central de su clase que, además, parecía haber recuperado su nivel en los últimos encuentros. Como el resto de la línea defensiva, se dedicó a ver en primera fila el 3-1 y deleitó al respetable con algunos fallos de juvenil.
GRIS. Cumplió bien en defensa e intentó subir también al ataque. Se le vio atento también en las coberturas, pero nada más.
DESCONOCIDO. Se le vio extrañamente desubicado como interior y el juego creativo del Barça se resintió demasiado.
DESBORDADO. Comenzó como mediocentro y su falta de criterio a la hora de organizar el juego hizo que acabara por cambiar los papeles con Busquets. Fue sustituido por Cesc y quién sabe si firmó una de sus últimas apariciones en el once titular.
CHISPEANTE. Sus cambios eléctricos de ritmo fueron los únicos que generaron peligro durante la primera parte.
DESASISTIDO. Tardó más de media hora en recibir un balón en condiciones, lo que hizo que se descolgara al centro del campo a buscarlo. Cuando le llegó el primero, lo enchufó. Después, poco más. No fue el salvador de otros días aciagos.
AUSENTE. Recibió una entrada en los primeros minutos y se marchó a preparar el carnaval de Río, porque en Anoeta aún se le espera. Su actuación fue vergonzosa.
DESESPERADO. Corrió como siempre e intentó desbordar, pero el equipo estuvo demasiado roto como para que pudiera aprovechar algún balón. Tal vez el único que se libró de la quema.
TAMBIÉN JUGARON
INOCUO. Intentó sin éxito mover al equipo en el centro del campo. Hoy no cerró bocas, como presumió el otro día.
PLACEBO. No aportó nada.
Foto del 1×1: as.com