LÍBERO. La jugó con los pies muchísimo más que con las manos. Sufrió la presión rival, pero no sus disparos.
IMPRECISO. Siempre intenso, aunque cada vez más impreciso en el pase. No está pasando por sus mejores momentos en el campo pero continúa sudando la camiseta.
SEGURO. El central hizo un partido perfecto, no permitiendo que la vanguardia del Espanyol gozara de oportunidades.
ANTICIPADO. Supo meter la pierna con antelación en todas las ocasiones, dando seguridad.
RAPIDÍSIMO. El lateral está ya plenamente recuperado de su lesión y da la vida a la irregular defensa azulgrana con su velocidad de crucero. El mejor de hoy.
FATAL. Jugó en Cornellá uno de sus peores partidos de la temporada, asumiendo un buen puñado de pérdidas de balón e incapaz de detener las transiciones ofensivas del rival.
ABANDONADO. Cuando un jugador que lo basa todo en el pase y la asociación es «traicionado» por el resto de los que le acompañan, es imposible destacar. Acabó contagiado de la mediocridad.
ESPECTADOR. Los balones que pasaron a su lado no provocaron ninguna reacción en el de Arenys, como si fuese parte del público en lugar de jugador del partido. Poca brega defensiva y una sola acción de mérito ofensivo. Lleva tiempo esperando en Brasil al resto de la selección de Del Bosque.
DEFENSIVO. Empezó con alguna acción de mérito cerca del área de Casilla, pero luego solo destacó en la presión y el robo de balón, aprovechando su buen momento físico.
TAPONADO. Excepto en el disparo del penalti, no fue capaz de que sus tiros llegaran a la portería. Sufrió el gran trabajo de vigilancia de la zaga perica.
HARTO terminó el brasileño de las patadas de Javi López. Apenas se le vio erguido, y cuando tuvo alguna ocasión la mandó fuera o eligió mal. Tampoco hoy fue su día.
TAMBIÉN JUGARON:
BRÚJULA. Salió con el 1-0 a darle al mediocampo la orientación que había perdido.
DETENIDO. Salió a comerse a Javi López, portero de circunstancias, y se encontró con dos «manoplazos».
S.C. Salió en el descuento.