GLOTÓN. Se tragó por su palo el gol del Granada. Luego salvó un par de goles pera ya era tarde.
BIEN. Comenzó habilitando a Brahimi en su gol, pero luego hizo un partido decente por su banda.
SUPERVIVIENTE. Cada balón que disputa se juega la tarjeta y/o el penalti, llega muy justo. En condiciones normales habría perdido la titularidad hace tiempo.
PARCHE. La solución del Tata en la defensa fue retrasar a su mejor centrocampista. Aprobado justito, pero nunca más.
ESTORBO. Solo aportó torpeza, estorbando en algunas jugadas a Neymar, Iniesta y Cesc.
SEGURO. El camerunés fue el mejor de su equipo. Recuperó un sinfín de balones. Acabó de central el último cuarto de hora.
PRIMAVERAL… con lo que eso significa en el de Arenys. Vuelve a dimitir en invierno, y eso que algunos solo le pedimos que la devuelva bien al compañero.
ESCONDIDO. Solo apareció para disparar un par de veces al final, con su habitual puntería y potencia.
INOFENSIVO. Hoy ni siquiera trabajó en la presión y la recuperación. Sus centros al área, todos sin veneno ni destinatario.
ENJAULADO. El Granada le atrapó en su jaula y el argentino no pudo revolotear a gusto. Está que trina.
DEVORADO. Como el día del Atlético, quiso echarse el equipo a la espalda asumiendo responsabilidades, pero Nyom e Iturra se lo comieron.
TAMBIÉN JUGARON:
MOVIDO. Puso algo más de alegría a la banda a la que Adriano hizo llorar.
INNECESARIO. Cuando el Barça vivía acampado en el área granadina, al Tata se le ocurrió sumar más asistentes a la fiesta del área, en lugar de buscar disparos desde el balcón.