PRECIPITADO. Es raro que alguien de su experiencia no acierte a saber cuándo hay que sacar rápido y cuándo no.
DONANTE. Dio la cara, entregó el corazón, se dejó la piel. A pesar de las imprecisiones en algunos pases y de su anarquía posicional, mantuvo la intensidad que el envite requería.
MILAGRO. Cuando la Liga estuvo perdida, estaba descartado para jugar hoy. Cuando hubo posibilidades, milagro médico y titular en lugar de Bartra. Luego jugó un buen partido.
SOBRESALIENTE. El argentino se las tuvo en varios lances con Raúl García y Villa y salió victorioso. Seguramente su último encuentro en el Camp Nou.
DISCRETO. Es fácil ver por qué Scolari no se lo lleva al Mundial. El lateral ha terminado la temporada con más sombras que luces.
LESIONADO. Su espeso partido terminó de la peor manera posible, con una lesión en la cadera que pone en peligro su concurso en el Mundial. Se quedó mirando a Godín en el 1-1.
GRIS. Un buen pase suyo originó el gol de Alexis, pero su influencia en el juego no se notó demasiado.
MARCADO. Andrés fue todo voluntad pero estuvo maniatado por la jaula del Cholo.
TRISTE. Como casi toda la temporada, el canario acabó viendo la ducha antes de tiempo. Estático y sin punch, no aportó nada.
CAÑONERO. Marcó el 1-0 con un soberbio disparo a la escuadra, el único hueco que le dejó Cortois. Actitud de crack durante todo el partido. Merece seguir otra temporada.
FANTASMA. Vagó por el césped como alma en pena que no recuerda lo que fue en vida. Solo pudo marcar en fuera de juego.
TAMBIÉN JUGARON:
ERRÓNEO. Aunque suele ser el recambio de Busquets, no era el momento para sacar un jugador con dos pies izquierdos.
VOLUNTARIOSO. Su salida en el segundo tiempo se notó muchísimo. Bregó mucho con Juanfran y le dio aire al rancio ataque azulgrana.
AÑORADO. El descontrol en el juego y los pases del centro del campo hizo que el Barça le echara de menos. Apareció en el minuto 60 para poner algo de criterio en un final de infarto.