DESCONOCIDO. Vendido en el primer gol, falló demasiado en las salidas y estuvo mal en el segundo tanto valencianista.
LAMENTABLE. Sus lagunas defensivas no fueron compensadas esta vez por su labor en ataque. Subió la banda como siempre, pero sin mordiente. El gol de Piatti le dejó en evidencia.
LENTO. Se centró sobre todo en defender y no realizó sus tradicionales excursiones en ataque. Aun así, tuvo muchos problemas con las contras del Valencia.
PIQUÉ. Recibir tres goles como los que encajó el Barça no permiten destacar a un central sobre otro.
ACELERADO. Una pérdida suya fue el origen del gol del empate del Valencia. Lo intentó en ataque, pero no dio una a derechas.
SUPERADO. Manda, recupera, distribuye y juega y hace jugar a sus compañeros. Hoy incluso se atrevió a disparar desde fuera del área en lo que pudo haber sido un golazo, pero no pudo frenar las contras del rival. Estuvo demasiado solo y su rendimiento fue inferior al que suele ofrecer.
DILUIDO. Dirigió bien al equipo durante la primera media hora, pero no pudo imprimir el ritmo que necesitaba el Barça. Fue sustituido por Iniesta.
MENGUANTE. Su trabajo de presión propició la jugada del gol que deshizo el empate inicial. Se aplicó en esa labor durante gran parte del primer tiempo, pero acabó desapareciendo.
GRIS. Comenzó bien, como el equipo, y fue apagándose de forma alarmante.
ENRACHADO. El chileno lleva un muy buen promedio goleador esta temporada. Abrió el marcador con una vaselina sobre la que nos quedará siempre una duda: ¿Fue buscada o afortunada? Luego estuvo tan mal como sus compañeros.
ENJAULADO. Los rivales han aprendido a tejer una malla a su alrededor. Marcó de penalti e intentó echarse al equipo a la espalda, pero estuvo fallón y sin suerte en el regate.
TAMBIÉN JUGARON
INOFENSIVO. Saltó al césped a falta de quince minutos y apenas aportó nada.
INOCUO. Entró por Xavi para dar más profundidad al juego, pero ni consiguió ordenar el ataque azulgrana ni tampoco entrar por la banda como acostumbra.
1×1