TOP MODEL. Hizo más cambios de ropa que paradas.
MADURO. Necesitaba el lateral un partido serio como este, combinando, recuperando, concentrado.
PADRAZO. Le dedicó a su hija recién nacida un gran gol de cabeza.
NÓMADA. No dejó de montarse excursiones al área rival cuando se aburría. También taponó algún despiste de compañeros.
BOMBARDERO. No es su primer gol desde fuera del área. Es el especialista en pepinazos lejanos del equipo.
INTEGRADO. Hace mucho ya que el camerunés no desentona, como hacía cuando llegó, en el juego de toque rápido de este equipo. Recital de colocación y apoyo al espacio.
EMPAPADO. El agua encogió todas las cualidades mostradas por el canterano en otras ocasiones, hasta el punto de parecer intrascendente esta noche.
CAZADO. Regresó para hacer lo que mejor sabe (regatear y jugarla entre líneas) y se fue al descanso por lo de siempre (las piernas llenas de moratones).
ESFORZADO. Trabajó de lo lindo abriendo líneas en la primera parte y luego como centrocampista cuando se marchó Iniesta. Marcó de buen disparo con un quiebro en una baldosa.
MVP. Sin marcar los dos goles ya era el mejor partido del chileno. Para él no existen partidos grandes o chicos, los juega todos a tope. Y además, ahora le sale todo.
PARTICIPATIVO. A diferencia de otras ocasiones, participó mucho del juego del equipo y fue un constante dolor de cabeza para el rival. Se quedó sin marcar pero cuajó una buena actuación.
ELÉCTRICO. Se nota que está en gran forma física. Ejecuta con velocidad y precisión, aunque no tuvo la suerte del gol.
ILUSIONANTE. Le queda por recorrer, pero las ganas que demostró en 20 minutos, incluido un disparo desde fuera del área que detuvo el portero, demuestran que quiere quedarse y dar lo que no ha podido aún.
MEDIOCENTRO. Martino le dio los últimos minutos para que jugara en su antigua posición.