SALVADOR. Esta vez sí, no como en Valladolid, ordenó a su defensa y corrigió marcas desde su posición privilegiada. Además, cuando el City se fue arriba en la segunda mitad, salvó al equipo. Como a principios de temporada.
DESPISTADO. Y no es la primera vez. Se olvida de defender, desconecta de sus labores y eso en un equipo que no está bien se nota demasiado. Aún así, en esta eliminatoria ha acabado de cerrar ambos encuentros.
DECRECIENTE. En la primera parte no tuvo problemas para controlar su zona. En la segunda, cuando se vio más exigido por Dzeco, sufrió.
REIVINDICATIVO. Como en la rueda de prensa previa al encuentro. Cuajó un partido correcto, con oficio, sin fallos de bulto.
CORRECTOR. A su buen desarrollo en ataque, esta vez le sumó una excelente atención en el partido, lo que le valió para acudir siempre a la ayuda en el centro de la defensa y corregir los posibles despistes de los centrales.
NORMAL. Es raro el partido en el que el bueno de Busquets no destaque. Tantas idas y venidas tal vez le pasaron factura en lo físico.
A SU RITMO. Que no es el de antes, pero ante rivales como el City, que no apretó en el centro del campo, la veteranía de Xavi le vale como para gobernar el partido a su ritmo.
PERDIDO. Esta vez la gasolina le duró sólo 10 minutos. Era un partido propicio para sus características, pero no lo aprovechó.
MARISCAL. En su último partido con la Selección dejó claro que a estas alturas de temporada ya ha llegado al nivel que nos tenía acostumbrados.
SEÑOR LOBO. Como el mítico personaje de Tarantino en Pulp Fiction, Messi resuelve problemas. Da igual cómo esté de forma. Aunque no sea el Messi que Guardiola redimensionó, sigue siendo el mejor.
PARTICIPATIVO. No es difícil jugar mejor que en Valladolid. Pese a que no está todo lo suelto que se le ve con Brasil, y que en Barcelona todavía no ha encontrado ni el gol ni el ritmo adecuado, lo intentó e hilvanó buenas jugadas individuales. Su caso recuerda al del primer año de Alexis: falla ocasiones que antes no erraba y que con su selección van dentro. En la segunda parte, desapareció.
TESTIMONIAL. Jugó los últimos 10 minutos sustituyendo a Neymar.
MÁS QUE TESTIMONIAL. No hace tanto, Martino le dio oportunidades que el canterano no supo aprovechar. De aquellas oportunidades perdidas vienen ahora estos minutos residuales.