El refranero popular dice que ‘‘del dicho al hecho hay un gran trecho’’, y en este caso no le falta razón. El 26 de junio de 2013, pronto hará un año, Florentino Pérez se hizo con los servicios de Carlo Ancelotti tras el intento fallido de conseguir la décima a través de la tensión constante y los malos modos de Mourinho.
Llegaba el italiano bajo el sobrenombre de ‘El pacificador’, con un talante totalmente diferente al de su predecesor. Carlo destila señorío, buenos modos, mejores palabras y sensatez. También pragmatismo, posiblemente de las pocas características que comparta con Mourinho.
El día de su presentación Ancelotti declaró que “el club más prestigioso del mundo tiene que ganar jugando un fútbol espectacular”, y puso sus cartas sobre la mesa al ser preguntado sobre su manera de jugar: «mi equipo tiene que tener el control del juego, tener una idea clara de cómo atacar y un buen equilibrio”.
Fueron la rueda de prensa y la puesta en escena perfectas, tanto en el fondo como en la forma. Florentino por fin tenía al entrenador que iba a hacer ganar a su Madrid recuperando el juego de toque, la combinación, el ganar jugando bien al fútbol y teniendo la posesión. Y de hecho, así lo intentó Ancelotti durante la primera parte de la temporada. Antes del debut en Liga de Bale, el Madrid pareció perder algo de su tan aclamada pegada para pasar a controlar más los partidos –a la manera italiana- y a tener posesión.
Pero la cosa no acabó de convencer del todo, y en la medida en que el conjunto se acomodaba a Bale y éste se acoplaba a Cristiano, Benzema y Di María, el juego del Madrid volvió a coger velocidad en la transición, a recuperar el repliegue y la salida rápida con balones largos. Nada fue gratuito. Ancelotti se dio cuenta que con la tipología de jugadores de que disponía la mejor manera de jugar pasaba por explotar la potencia de los Bale, Cristiano, Benzemá y compañía, más acostumbrados a las jugadas eléctricas que al juego de posesión y toque, al golpe por golpe que a la paciencia.
El 28 de abril, en la previa al Bayern 0 – Madrid 4, el entrenador italiano explicó esta vuelta a los inicios de su equipo: «Jugamos dos equipos que tienen sus filosofías distintas […] Jugar fútbol de posesión con Cristiano, o Bale es más complicado. Por eso el fútbol es bonito. Cada uno tiene su idea. Yo juego en el Madrid un juego más rápido en la transición para favorecer a nuestros delanteros […] queremos transiciones rápidas para aprovechar condiciones físicas de nuestros delanteros«.
Ancelotti intentó ir a contraestilo, pero ha tenido que reconducir el rumbo adaptándose a la plantilla de que dispone. Y ahora el conjunto blanco es más completo que aquel de Mourinho. Con otras maneras, con menos tensión. Y sobre todo, con menos complejos.