Clásico: Madrid-Barça, el 26 de octubre ¿con Suárez?

Ya hay fecha para el primer clásico. El estadio Santiago Bernabéu acogerá el día 26 de octubre el encuentro entre el Real Madrid y el FC Barcelona. Curiosamente, la misma fecha que la temporada pasada, aunque en aquella ocasión el partido se disputó en el Camp Nou.

Como vivimos en un país singular, tenemos una liga de fútbol singular. El sorteo del calendario ha querido que el primer gran duelo entre madridistas y culés se dispute justo el día que vence la sanción de cuatro meses que FIFA impuso a Luis Suárez por morder a Chiellini en el Mundial. Curiosa coincidencia.

Puestos a especular y a perder el tiempo debatiendo acerca de todo lo que rodea a este partido, se nos ocurren algunas preguntas.

¿Qué pasará si las televisiones deciden que el clásico se juegue el sábado 25? En ese caso, Suárez no podría disputarlo, puesto que hasta el día siguiente no habrá pagado su pena.

¿Se atreverá Roures a crear un follón al elegir la fecha? Quién sabe. El responsable de Mediapro va tan a lo suyo que sería capaz de trasladar el Madrid-Barça al lunes, tal como hizo en 2010 aquella noche en que los de Guardiola endosaron un tremendo 5-0 al once de Mourinho.

¿Habrá presiones mediáticas de un lado y del otro para que el partido se juegue un día u otro? Seguramente, pero mejor alejarse de ellas.

¿Alinearía Luis Enrique a un futbolista que no ha podido entrenar –al menos tal como está la cosa hoy– con sus compañeros?

En las manos del Tribunal de Arbitraje del Deporte (TAS) está evitar que tengamos que sufrir en nuestras propias carnes toda esa larga lista de polémicas absurdas, partidistas y de trinchera. Es bastante probable (aunque nunca se sabe) que el tribunal no reduzca el tiempo de sanción a Luis Suárez y le mantenga esos cuatro meses fuera de los terrenos de juego. Pero también, si atendemos a la experiencia de sus resoluciones, es más que posible que eche mano del sentido común y rebaje o elimine esa lista de prohibiciones con las que FIFA, más preocupada de su imagen que de hacer justicia, castigó al uruguayo.

Y el sentido común marca, entre otras cosas, que Suárez pueda entrenarse y practicar su profesión, más allá de los castigos disciplinarios que afecten a la competición. Cualquier persona con dos dedos de frente borraría de un plumazo la prohibición de entrar a los recintos deportivos y esa retahíla de afrentas más propias de una condena a un hooligan violento y borracho que de un deportista.

Claro que, bien pensado, cuando hablamos de deporte y de justicia deportiva el sentido común no es, como reza el dicho, el más común de los sentidos. En apenas tres semanas saldremos de dudas. Mientras tanto, ya tenemos tema para las conversaciones de bar, de redes sociales y de esos bochornosos espectáculos que transmiten algunas televisiones por las noches. Paciencia.