El Barça no jugó como debía contra el Arsenal. No, no es una pose de alguien que quiere quedar como “cool” o como fiel defensor del “estilo”. Es un pensamiento que expresó Luís Enrique después del encuentro. Los motivos de tal sensación son claros, el Arsenal llegaba con muchísima facilidad cerca de la portería culé, y tuvo muchas ocasiones de peligro.
Cierto es que el número de ocasiones o disparos es similar (18 a 20), por lo que no puede decirse que el Arsenal mereciese ganar (y mucho menos pasar), pero sí que pudo hacerlo si el acierto que tuvo el Barça de cara a puerta lo hubiese tenido el rival. Claro, nadie tiene la calidad de los de Luís Enrique, pero es fácil recordar partidos en los que el Barça pierde después de chutar mucho a puerta concediendo pocas ocasiones. Y no hace falta remontarse mucho en el tiempo. Ni siquiera cambiar de temporada.
En el campo lo que el juego desprendía es que los jugadores culés veían tantos espacios detrás de la espalda de la defensa del Arsenal que hacían las transiciones más rápidas. Guardiola siempre dice que cuanto más rápido va la pelota hacía arriba, más rápido vuelve hacia atrás. ¿Es cierto que la pelota iba muy rápido hacia arriba? Mirando los números, no hay una respuesta clara. O tal vez sí y los números indican que fue más esa sensación que lo que realmente sucedía.
El Barça pasó el balón en 753 ocasiones y la media de pases por jugada fue de 7. Cifras cercanas a los mejores partidos del curso. Intentar controlarlo parece que lo hizo. Sin embargo, el problema radicó en que ni robaba y que esos pases no lograba hacerlos en el último tercio de campo rival. Así, el Arsenal jugó 25% del tiempo en el 1/3 de la portería de Ter Stegen, mientras el Barça lo hacía el 30% cerca de la portería de Ospina. No hay mucha diferencia.
Además, el Arsenal dio 417 pases. Por sí solo, está cifra no dice mucho, pero solo el Rayo Vallecano ha dado más pases contra el Barça este año. Según Catalunya Radio, el Barça recupero 61 veces la pelota. Una menos contra el Getafe, que dio 290 pases. Los motivos de estos problemas a la hora de presiona o de intentar recuperar el balón a lo mejor está en el hecho que los 3 de arriba jugaron demasiado juntos.
En el mapa de posicionamiento que ofrece siempre whoscored.com, ninguno de los 3 ocupó las bandas. No estuvo demasiado largo el equipo, o no más de lo habitual, pero sí que al no tener presión por banda, el Arsenal sacaba la pelota con facilidad por las bandas. Así, solo el 28 % del juego de ataque de los de Wenger fue por el centro. Habitualmente, Neymar juega más escorado o Messi se deja caer más por la derecha. Contra el Arsenal, ambos estuvieron muy cerca de Luís Suárez.
Como se ha dicho anteriormente, los números desmienten algo la falta de control del juego culé. Así, habiendo dado 60 pases más que el día del Getafe, el Barça perdió 4 balones menos (24 en Champions y 28 en Liga). Esa sensación de verticalidad no se trasladó en más imprecisiones. Así, tal vez todo radico en el acierto del Arsenal con la pelota en los pies, quizá causado por un mal posicionamiento culé a hora de presionar.
Aunque no hay que olvidar en todo el análisis que el Barça nunca estuvo a más de dos goles de ser eliminado y que eso hace que no exista tanta concentración a la hora de presionar. Si se une a la calidad del rival a lo mejor da como resultad la respuesta a esa descontrol del que hablaba Luís Enrique.
Foto: Vicens Gimenez