No sueñes con ganar, entrena para ello. Mo Farah
Tengo cuarenta y dos años y no hace ni tres que empecé a correr. La crisis de los cuarenta fue la responsable, además de que participé en la Milla Urbana que organiza el colegio de mis hijas y gané una copa sin haber corrido nunca antes con dorsal. Gané la copa que mis hijas querían tener y eso me empujó a empezar a dedicarle tiempo a entrenar y a inscribirme en carreras populares. Transmitía a mis hijas los valores del deporte y mi salud física y metal mejoraba. Win/win.
Aun así, mis mejores marcas son discretas. Tengo un crono de 21’46» en una carrera de 5 km. que no se homologó porque al final los gps marcaron metros de menos y mi mejor tiempo oficial es de 22’49» –ese día salieron metros de más y se homologó sin problemas, curioso–. En una carrera de 10 km. tengo 47’05», en medio maratón 1h.49’39» y en la Behobia-San Sebastián 1h.48’01», aunque los 20 km. en ruta del medio maratón de Barcelona los hice en 1h.44’24». En definitiva, marcas discretas.
Mi mejor año fue el pasado. Pero la temporada se me hizo muy larga. Me tomé todo lo serio que se puede tomar un divorciado con niñas compartidas y empresa propia, la Lliga de Corrent Fem Barça que organiza el FC Barcelona junto a Championchip, y terminé noveno de mi categoría y en el Top-20 de la general. Llegué a estar sexto en la categoría de 35 a 44 años y además estaba entre los 250 primeros de la Lliga Challenge 10K con más de 14.000 participantes, pero de repente todo por lo que había empezado a correr dejó de tener sentido. Me obsesioné con batir mis marcas y dejé de divertirme.
Los dos últimos meses –mayo y junio– con tres carreras por disputar fueron mis peores desde que había empezado a correr, y eso que pasé por una tendinitis peronea en 2013. No conseguí batir mi mejor marca de 47’05» conseguida en enero de 2014 en la Cursa de Sant Antoni. Una carrera imprescindible entre cuantas se disputan en Barcelona. Y lo que es peor, deseé que llegara agosto para pillar las vacaciones y dejar de correr. Eso hice: paré por completo durante tres semanas.
Volver a la rutina costó más de lo previsto. De septiembre a enero me arrastré por cuantas carreras me inscribía. Además de padecer una tendinitis del sóleo producto de no tener una rutina de entrenamiento ordenada. Pero no me daba vergüenza presumir de mis «fracasos» deportivos en las redes sociales porque volvía a divertirme. No podía dedicarle los tres días a la semana que le dedicaba al principio, pero hacía lo que podía. Además, de repente, me llegaban propuestas que me motivaban a seguir corriendo. Me dejaban probar material deportivo, me pedían ayuda con aplicaciones para corredores, me invitaban a carreras… Todo gracias a escribir sobre running en esta web y en las redes sociales.
Con este plus de motivación llegué a febrero en un bueno momento de forma. Olvidada la lesión, volvía a bajar de los 50′ en Sant Antoni y encaraba con mucho optimismo el medio maratón de Barcelona. Batir mi discreta marca no debería costarme mucho, pensé.
Pocos días antes de la cita, me llegó la noticia de que Suunto confiaba en am14 y en mí en particular para probar durante 15 días el nuevo Suunto Ambit3 Sport como parte de su campaña #cadenaambitmultisport. El reloj que usan grandes campeones como Klian Jornet, Emelie Forsberg, Laura Orgué, Núria Picas o Tòfol Castanyer, entre otros. ¡Que mejor escenario para probarlo que en los 21,097 kilómetros de la eDreams Mitja Marató de Barcelona!
Ahí estaba yo, con el dorsal 5018, en el cajón verde para tiempos entre 1h.40′ y 1h.50′. Con el Suunto que había pillado señal gps de manera casi instantánea y mi selección musical para bajar de la hora, 49 minutos y 39 segundos. Había podido pasar por el lavabo sin problemas, había calentado unos pocos minutos y estaba concentrado en intentar conservar al principio para rematar el trabajo en los últimos kilómetros como el amigo David, de blogmaldito, nos había recomendado en otra de sus impagables previas de carreras.
La primera parte de la Mitja es donde se acumulan las subidas que, aunque poco pronunciadas, son bastante largas. Avinguda Paral·lel y la calle Entença son un gasto de energía que puedes pagar al final. Pero hablar de subidas en el circuito más rápido del mundo es, cuanto menos, ridículo. En esta edición se han batido cuatro récords del mundo. Florence Jebet Kiplagat batía de una tacada el récord mundial femenino en medio maratón (1h.05’09»), el de los 20 km. (1h.01’54») y el de los 15 Km. (46’14») y Elena Congost el récord mundial en categoría Paralímpica de visión T12 (1h.23’33»). Pero para el corredor popular, como es mi caso, son subidas al fin y al cabo. Así que, conservé. Pasé los 5 km. en 26’40» –cinco kilómetros donde cuesta coger el ritmo debido a la gran cantidad de corredores–, los 10 km. en 52’18» y los 15 km. en 1h.19’10». me había pasado conservando pero aún así, si hacía los 6 últimos kilómetros a 5 min/km, podría conseguir batir mi marca. Pero como os he explicado antes, no puedo entrenar tanto como me gustaría y sobretodo tanto como un medio maratón necesita. No he podido entrenar largas distancias y eso se paga. Así que, me rompí. En el kilómetro 16 noté un pinchazo en la parte superior del muslo, a la altura de la ingle.
La eDreams Mitja Marató de Barcelona es una carrera espectacular. Bien organizada, tan generosa en los avituallamientos en carrera como en los que recibes una vez has devorado el asfalto, y sobre todo profesional. Las marcas de los puntos kilométricos son visibles todas. Ya sea porque has visto los carteles como la pintada en toda la calzada. Hay animación en cada punto kilométrico con batucadas o grupos de música tocando en directo. Y, además, recibes una medalla de finisher y un poncho para protegerte del frío. Si hay un pero, es la carpa que ha de servir como cambiador. Es pequeña y está en el exterior. Y en febrero hace frío. También se generó una cola eterna minutos antes de la salida en el guardarropía. Sobre la bolsa del corredor comentar que simplemente se trata de eso, de una bolsa/mochila diseñada para la ocasión con flyers de publicidad y una camiseta. Que gustará o no, pero es de la marca deportiva que patrocina la carrera. Hay carreras que patrocina una marca deportiva y está serigrafiado el logotipo en una camiseta fabricada por otra marca. Y sí, la carrera es cara. Supongo que participar en una carrera dónde se bate el récord del mundo dos años consecutivos tiene un precio.
Disputar la Mitja me gusta y por eso, esta vez, no se me pasó por la cabeza abandonar. No he abandonado en ninguna carrera pero se me ha pasado por la cabeza en más de una ocasión. Decidí olvidarme del cronómetro y llegar a meta corriendo a la velocidad que fuera. Que mis hijas, que me esperaban en los últimos 500 metros, pudieran verme llegar por mi propio pie. No sólo no pude correr a 5 min/km sino que corrí a 5:40 min/km. Había llevado una media de 5:16 min/km durante los 15 primeros kilómetros y ahora prácticamente me arrastraba, pero me daba igual. Me lo había pasado genial hasta el kilómetro 16. Nada iba a impedirme disfrutar de cruzar nuevamente una meta de un medio maratón. Además, esta vez, con mi familia esperándome. Así que vuelvo a presumir de otro «fracaso» deportivo. Os dejo la foto del Suunto Ambit3 Sport, un pedazo reloj del cual escribiré una review en breve, con mi tiempo real: 1h.53’15». Un tiempo discreto.
La aplicación Movescount de Suunto permite, además, realizar una pequeña película con el track de tu carrera, a continuación podéis ver la película con el recorrido de la eDreams Mitja Marató de Barcelona.