VENDIDO. Nada pudo hacer en la jugada del gol. El resto del partido tuvo poco trabajo el cual resolvió con facilidad.
EXTREMO. Subió y bajó la banda derecha continuamente, pero sin mucho acierto en sus centros.
DESESPERANTE. A su inexplicable estado de forma, superado en todas las jugadas, le une autogoles fruto de su dificultad para reaccionar.
RECUPERADO. Sin realizar un gran partido, al menos volvió a la senda de la normalidad tras sus últimas actuaciones.
CUMPLIDOR. Se entendió bien con Neymar y solventó con facilidad el poco peligro que llegó por su banda.
GOLEADOR. Volvió a su nivel habitual tras su flojo partido en el derbi y además lo redondeó con un gol en remate de cabeza, poco habitual en él ambas cosas.
DESAPARECIDO. Un día más, su papel es cada vez más anodino e intrascendente en ataque e inexistente en defensa. El ritmo del juego es fiel reflejo de su actual ritmo.
INTERMITENTE. En el segundo tiempo intento asumir más responsabilidad, pero no acaba de alcanzar su nivel y regularidad habitual.
VOLUNTARIOSO. Volvió a pelear todos los balones, pero esta vez no tuvo la recompensa del gol.
REAPARECIDO. Aunque su estado de forma sigue lejos del que nos tiene acostumbrado, eso no le impidió cortar su sequía goleador por partida doble.
PROVOCADOR. Provocó el penalti que abrió el marcador, intentó desbordar por su banda, pero esta vez con menos fortuna que otras veces, excepto en una gran jugada que casi acabó en gol.
ASISTENTE. Entró por Iniesta y una gran pared suya con Messi sentenció el partido en un momento donde las dudas empezaban a asolar al equipo y a la grada.
INÉDITO. Entró por Neymar, pero poco pudo aportar en los escasos minutos de los que dispuso.
S.C. Entró por Xavi con el partido sentenciado.
