Xavi se deja ir

El fútbol es un nido de prejuicios y Xavi Hernández, el capitán del Barça ya no lo esconde. Hay una serie de cuestiones que había que mantener al fondo del cajón, siempre muy escondidas, porque pueden acabar por perjudicar la carrera de cualquier futbolista.

Hasta hace unos años, los futbolistas eran seguramente los deportistas menos formados, los más previsibles ante un micrófono, y por eso ni se atrevían ni querían opinar sobre determinadas cuestiones. No hablaban de política, porque aducían que los aficionados de tu equipo tienen otros colores lejos del estadio, ni sobre relaciones personales, hasta hace poco era imposible que ninguno de ellos saliera del armariomuy interesante este texto de Sergi Escudero al respectoni mucho menos opinar sobre la compra-venta de partidos, aunque la justicia deportiva en ese sentido ha desenmascarado a unos cuantos como se está comprobando con el caso del supuesto arreglo del Levante-Zaragoza.

Últimamente algo ha cambiado. Como dice Quique Peinado enFutbolistas de Izquierdas”, a los jugadores, mucho de ellos adinerados, se les cuelga rápidamente la etiqueta de apolíticos y se muestran desinteresados por lo que sucede a su alrededor. Salvo muchas y honrosas excepciones, así es.

También con Xavi Hernández hasta hace poco. Con 34 años, ahora que el genial centrocampista ya ha iniciado desde hace tiempo el camino de vuelta y no juega con la selección española, llama las cosas por su nombre. En una entrevista publicada enEl País Semanal’, el centrocampista admite que los jugadores no hablan de la política, porqueluego te etiquetan”. Ya lo sabíamos.

Ahora le da igual. A Xavi algunos le recuerdan celebrando con unViva Españaalguno de los muchos títulos deLa Rojay con toda naturalidad explica que así lo sintió en ese momento. “Bueno, quizá veníamos de habernos tomado unas cervezas, pero quise decir también viva el fútbol español y nuestra selección, que nos ha dado tanto”, recuerda.

¿Pero no es una contradicción gritar ¡viva España! y ¡visca Catalunya!?: “Fui a votar porque lo considero un paso importante para Cataluña. Pedimos una consulta legal y oficial, y nos la deberían dar. Es tan sencillo como si te llama un amigo y te dice que se encuentra mal, y tú le cuelgas el teléfono. Eso le pasa a Cataluña con España. Somos amigos, conformamos un mismo país: escúchalo. Pero parece que se empeñan en negarnos todo. Si es un asunto que se resuelve dialogando. Vamos, yo lo veo así. Necesitábamos votar y ser escuchados, comprendidos. Sólo eso”.

El argumento es simple y lógico. Xavi insiste que no hay diálogo entre Barcelona y Madrid. “Siempre he mirado por el bien de los catalanes y por Cataluña. Estoy muy apegado a esta tierra. Madrid no nos escucha”, insiste el capitán.

Este argumentario era impensable que saliera de la boca de un futbolista hace unos años o simplemente de la de Xavi Hernández en el esplendor de su carrera, pero algo ha cambiado. Seguramente lo mismo que ha impulsado a Gerard Piqué a fotografiarse en la manifestación del pasado 11 de septiembre y que le valió todas las críticas del españolismo más rancio.