Los pitos a Messi

Minuto 25 de la segunda parte en un Intel Camp Nou que esta temporada, la 2020-2021 estrena la remodelación que lo ha convertido en el estadio con más aforo del mundo. 105.000 asientos de los que hoy, un 15 de mayo de 2021 a las 22:00 horas, sólo se han llenado 45.000 para recibir a un Getafe, último clasificado, que llega al Estadi con muy pocas opciones de conservar la categoría.

El rival parecía no tensionar lo suficiente a los jugadores del Barça

El equipo madrileño se había adelantado en el marcador tras la salida de un córner en el minuto 15 de la primera mitad. Había empatado el Barça solo 10 minutos después con un gol de cabeza de Dongou tras centro preciso de Sergi Samper. Con ese resultado se llegaba al descanso.

En la reanudación parecía que el 2-1 era cuestión de tiempo, como tantas otras veces en encuentros similares. Pero el equipo no acababa de arrancar. Se le veía frío, como desconcentrado. El rival parecía no tensionar suficiente a los jugadores barcelonistas que tras el gol del empate, y cuando la afición se vino arriba, pareció tener suficiente. Poca velocidad del balón y demasiadas imprecisiones y pérdidas.

Messi, que ha cambiado su rol en el equipo, es pitado por la poca afición que visita el Estadi

Minuto 25 del segundo tiempo. Messi, que semanas atrás había dejado claro en un acto con la marca comercial que lo patrocina que desea seguir los pasos de su amigo Xavi Hernández, que colgó las botas con 36 años en el club de su vida, agarra la pelota en el centro del campo e intenta un regate que no le sale. El Intel Camp Nou murmura. Los aficionados que vivieron los buenos años de Rijkaard y Guardiola siendo jóvenes, ahora, ya en la madurez, están desencantados con el devenir del equipo. No les convence la nueva manera de jugar, más directa y con menos toque de lo que estaban acostumbrados.

Messi vuelve a recibir la pelota en el centro, un poco escorado a la izquierda, y lanza un pase en largo que Dongou no sabe leer. Los murmullos se convierten en pitidos. No solo para él, que pese a no tener el día siempre lo intenta, también hacia el equipo.

Leo ya no es aquel goleador insaciable que rompía records estratosféricos. Ahora, con 34 años, el argentino se ha adaptado a la posición de mediocentro a la vez que el equipo adaptaba esa posición a él. El cambio se nota en el juego del conjunto, que ahora es más directo y transita menos tiempo por el centro de la cancha, desde donde Leo reparte precisos pases en largo que sus compañeros aprovechan en la medida de lo posible.

El partido finaliza con un empate a uno que no deja contentos a los pocos espectadores que se han acercado hoy al campo. El Barça queda a 4 puntos del líder, el Madrid de los Galácticos II.

Foto: lavanguardia.com

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