Los 42,195 kilómetros de Tatiana Sisquella

Són: 1. Passió. 2. Constància. 3. Paciència. 4. Ganes. 5. Força. 6. Silenci. 7. Energia. 8. Confiança. 9. Inconsciència. 10. Generositat. 11. Emoció. 12. Egoisme. 13. Dolor. 14. Imprevistos. 15. Ànims. 16. Potència. 17. Ambició. 18. Esforç. 19. Llibertat. 20. Il·lusió. 21. Reptes. 22. Suor. 23. Rivalitat. 24. Por. 25. Somnis. 26. Dubtes. 27. Aspiració. 28. Seguretat. 29. Companyerisme. 30. Dolor. 31. Plenitud. 32. Competitivitat. 33. Complexos. 34. Voluntat. 35. Penediment. 36. Heroïcitat. 37. Solidaritat. 38. Feblesa. 39. Previsió. 40. Prudència. 41. Alegria. 42. Glòria i 195 sensacions més, que són absolutament indescriptibles.

Mai he fet una marató i no crec que mai en faci cap. Però n’he vist unes quantes de ben a prop. De tant aprop que m’han fet plorar i m’han fet emocionar. He vist aquells cossos, al límit, travessar la meta com qui trepitja l’Olimp. He vist homes plorar con nens i nens córrer com homes. Dones demostrant-se que poden i vells demostrant-ho als altres. He vist nois que no han necessitat cames i noies que n’han necessitat quatre, per acabar. He vist pares que carregaven els fills a les espatlles i mares que buscaven entre el públic el seu pare, ja ancià, per dir-los: «Ho he aconseguit». He vist cames que es rendien a pocs metres de l’arribada i voluntats que podien més que el propi cos. He vist somnis fets realitat i vanitats fetes miques. He vist sang, suor i llàgrimes, però també somriures, abraçades i plors de felicitat. He vist l’orgull i la decepció, el reconeixement i la solitud, el patiment i la joia. Però jo mai no he fet una marató i no crec que mai en faci cap. Per això només puc provar de descriure amb paraules el que passa pel cap d’aquells valents que en un moment o altre de la seva vida s’han atrevit a cordar-se les vambes per demostrar que sí, que ells podien. I han pogut.

«Son: 1. Pasión. 2. Constancia. 3. Paciencia. 4. Ganas. 5. Fuerza. 6. Silencio. 7. Energía. 8. Confianza. 9. Inconsciencia. 10. Generosidad. 11. Emoción. 12. Egoísmo. 13. Dolor. 14. Imprevistos. 15. Ánimo. 16. Potencia. 17. Ambición. 18. Esfuerzo. 19. Libertad. 20. Ilusión. 21. Retos. 22. Sudor. 23. Rivalidad. 24. Miedo. 25. Sueños. 26. Dudas. 27. Aspiración. 28. Seguridad. 29. Compañerismo. 30. Dolor. 31. Plenitud. 32. Competitividad. 33. Complejos. 34. Voluntad. 35. Arrepentimiento. 36. Heroicidad. 37. Solidaridad. 38. Debilidad. 39. Previsión. 40. Prudencia. 41. Alegría. 42. Gloria y 195 sensaciones más, que son absolutamente indescriptibles.

Nunca he corrido un maratón y no creo que nunca corra ninguno. Pero he visto unos cuantos de cerca. De tan cerca que me han hecho llorar y me han hecho emocionar. He visto aquellos cuerpos, al límite, cruzar la meta como quien pisa el Olimpo. He visto hombres llorar con niños y niños correr como hombres. Mujeres demostrándose que pueden y viejos demostrándoselo a los demás. He visto chicos que no han necesitado piernas y chicas que han necesitado cuatro, para terminar. He visto padres que cargaban a sus hijos a hombros y madres que buscaban entre el público a su padre, ya anciano, para decirles: «Lo he conseguido». He visto piernas que se rendían a pocos metros de la llegada y voluntades que podían más que el propio cuerpo. He visto sueños hechos realidad y vanidades hechas añicos. He visto sangre, sudor y lágrimas, pero también sonrisas, abrazos y llantos de felicidad. He visto el orgullo y la decepción, el reconocimiento y la soledad, el sufrimiento y la alegría. Pero yo nunca he corrido un maratón y no creo que nunca corra ninguno. Por eso sólo puedo intentar describir con palabras lo que pasa por la cabeza de aquellos valientes que en un momento u otro de su vida se han atrevido a abrocharse las zapatillas para demostrar que sí, que ellos podían. Y han podido».

Eso decía el 5 de marzo de 2011 Tatiana Sisquella en su columna del Diari Ara. Posiblemente, una de las mejores columnas que se hayan escrito para describir todo lo que se siente cuando se corre un maratón. Ella nunca corrió ninguno, pero sabía de cerca lo que se siente porque su padre, Emili Sisquella, sí lo había hecho. Y por desgracia también conocía de cerca qué se siente cuando se lucha con todas tus fuerzas hacía la meta. Hoy hace un año, el 6 de febrero de 2014, se la llevaba por delante la enfermedad más devastadora que existe, el cáncer, a los 35 años de edad.

No tenía el placer de conocerla personalmente aunque si a través de su voz en la radio o de sus palabras en el diari. Lloré en la distancia su muerte por injusta, al igual que lo son las muertes de tantas personas que se marchan antes de tiempo por culpa del cáncer u otras enfermedades.

Hace dos días escribía un artículo referente al corredor solidario, a ayudar con nuestros kilómetros a las personas que lo necesitan. Cada año sumamos un montón de kilómetros e infinitos retos que nos aportan mucho como individuos. Existen iniciativas que con tus kilómetros, además, ayudan a gente que necesita ayuda. No cuesta ningún esfuerzo extra. Tan sólo darte de alta y vincular el aparato gps que uses para correr, ya sea reloj o aplicación de móvil. Creo que es una manera de devolverle el favor a Tatiana por describir exactamente lo que se siente al correr un maratón. Por ella y por los que todavía están luchando por llegar vivos a su meta.

Foto: Diari Ara

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