¿Hasta cuándo?

Leo Messi se volvió a lesionar contra el Betis en el partido que el Barça disputó ayer en el Villamarín. Sólo duró en el campo diecisiete minutos, los justos para que, aparentemente, su bíceps femoral volviera a decir basta. Es la tercera lesión de la temporada de Messi (ya se lesionó en agosto, en septiembre y ahora en noviembre). Sale prácticamente a lesión por mes desde que en abril tuviese que ser substituido en París en cuartos de la Champions.

El bíceps femoral es el talón de Aquiles del argentino. Martirizado por las lesiones desde que debutó en el primer equipo, sólo con Guardiola al cargo la tendencia se pudo frenar en seco. La leyenda cuenta que la receta mágica de Pep para mantener sano al genio fue una corrección de la dieta de Leo. Sea lo que fuere, está claro que cuando se producen tantas lesiones consecutivas en el mismo músculo, hay alguien que no está haciendo bien su trabajo, sea Messi al no cuidarse, los médicos al no curarlo correctamente o los técnicos al alinearlo prematuramente.

Entre toda la falta de transparencia que existe alrededor de las misteriosas lesiones del diez, hay una cosa clara: esto no puede continuar así. Alguien debe parar esta locura. Si Messi no está bien, que no juegue. Por suerte, el Barça tiene jugadores de calidad de sobras como para no necesitarlo hasta febrero, cuando vengan los choques grandes. Sería preferible para todos que el rosarino diese un paso al costado hasta que estuviese al cien por cien para evitar imágenes como las de hoy, amén del daño a su fortaleza mental que deben representar para él estas continuas lesiones.

¿Será alguien capaz de imponer la cordura o en tres o cuatro semanas volveremos a ver a Messi deambular por el terreno de juego?