Extracto del diario de memorias de Eloi Junqueres, periodista deportivo y de sociedad de la época, sobre los inicios del fútbol en la ciudad de Barcelona y la fundación del “Football Club Barcelona”, descubiertas, fruto de la casualidad, por su bisnieta Ona Piulachs Junqueres en un piso de la calle Princesa de Barcelona, en pleno barrio de La Ribera.
29 Noviembre 1899
Hace un par de días, Walter Wild me citó para hoy a las seis de la tarde. No me indicó el motivo del encuentro, pero sí que iríamos a las instalaciones del Gimnasio Solé, a pocos metros de la Rambla. Imaginaba que quería que volviera a hablar con Hans Gamper para que tuviera la oportunidad de explicarme cómo había transcurrido la reunión mantenida, hace ahora justo diez días, al concluir el partido de football que habían organizado en el Hipódromo entre los jóvenes reclutados tras el anuncio publicado el 22 de Octubre pasado en “Los Deportes”.
A los habituales que disputaban ya encuentros de forma habitual en la ciudad (los hermanos Witty, los hermanos Parsons, Morris, Gamper, Maier…) se habían unido los Terrades, De Ossó, Urruela, Cruzate, Llobet, Cabot, López y Lomba, entre otros. Necesitaban poder formar un par de equipos completos para que no les sucediera lo que les ocurría a menudo en Sant Gervasi de Cassoles: disputar encuentros sin ser los mínimos disponibles. Así, había veces que debían jugar ocho contra nueve e incluso no poder disputarse el encuentro.
Habíamos acordado encontrarnos en el “Gambrinus”, la cervecería de la Rambla de Santa Mónica número 29, en la esquina con la calle del Comerç, un lugar frecuentado por alemanes y con su nombre dedicado al rey de la cerveza. Al llegar, Walter me ha indicado que la elección del lugar no era casual. La Sociedad Helvética de Beneficencia junto con la Societé Helvètia, de índole cultural y de la que tanto él como Hans Gamper eran socios, estaban en negociaciones con el señor Valentí Pons, propietario del establecimiento, y a quien educada y cortésmente me ha presentado, para el traslado de la sede social de este club suizo de la ciudad al local donde nos encontrábamos a primeros del próximo año 1900. Por lo que Walter me ha contado, el local de la Societé Helvètia que tiene realquilado a la Liga de Defensa Industrial y Comercial deberá ser objeto de registro por parte de la policía al pertenecer a esta organización. Al conocer esta posibilidad han decidido plantar una gran bandera suiza en el local por si los agentes intentaban el registro y como medida disuasoria, pero igualmente les hace muy poca gracia tal posibilidad así que prefieren trasladarse a otro local.
Pasaban algo ya de las ocho y media de la tarde cuando hemos abandonado la cervecería y enfilado hacia la Rambla para dirigirnos al gimnasio. Iba llena de gente, como es normal a esa hora. En la puerta principal, la que da a la calle Fortuny, bajo el rótulo de cristal pintado de baños-duchas y complementado en los laterales de la puerta de acceso con otros en los que se lee “gimnasia y esgrima”, se encontraban varios señores en amena tertulia. En la vía, un montón de carromatos con las bañeras en lo alto que el Gimnasio alquila, por horas, a casa particulares. Todo un lujo, una bañera y un baño.
Al ir a entrar, Walter me ha indicado que accediéramos por la puerta lateral, la que da a la calle Montjuïc del Carme. Faltaban ya escasos minutos para las nueve de la noche y Manuel Solé, el propietario del Gimnasio, nos ha dado la bienvenida. Sin duda nos estaba esperando. Amablemente nos ha conducido hasta la sala de armas donde cada día imparte sus lecciones el maestro de esgrima Ferruchio Girowich y que se hallaba preparada para una reunión. Una mesa cercana a una de las paredes y unas cuantas sillas colocadas en hileras a su frente. Había bastantes personas ya en la sala. Conocía a algunos de ellos que eran periodistas. A la mayoría, de nada. Walter Wild me los ha ido presentando, uno a uno. El señor Otto Künzle, suizo como él. Otto Maier, alemán, Lluís de Ossó, Pedro Cabot Roldós, José Llobet, Carlos Pujol, Enrique Ducay Aguilera, John Parsons, inglés como su hermano William y Bertomeu Terrades, de familia importante de Sabadell. Con ellos se encontraba Hans Gamper, que ha dibujado una sonrisa al verme y rápidamente se ha acercado a estrecharme la mano. Doce hombres.
En un rincón de la sala, ajenos al grupo principal y en conversación se encontraban los que parecían invitados, todos relacionados con la prensa. El señor Serra de La Vanguardia, los señores Ossorio y Gallardo de El Noticiero Universal, el señor Elías Juncosa, el popular Corredisses de La Veu de Catalunya que me saludó efusivamente y el señor Narciso Masferrer de Los Deportes que se sorprendió al verme. Me integré a la conversación de este grupo junto a Manuel Solé. Gamper los había invitado a la reunión personalmente pero ninguno de ellos tenía la mínima idea de que se iba a tratar en ella aunque todos conocían las pretensiones de Hans en crear un Club de Football.
A las nueve en punto, con puntualidad suiza, Gamper que instantes antes nos había indicado que tomáramos asiento en las sillas dispuestas, ha cogido la palabra. Después de darnos las gracias por la asistencia ha excusado la presencia de los hermanos ingleses Witty, Ernest y Arthur, del alemán Edouard Schilling, del nacido en Guatemala Juan de Urruela Morales, de Fermín Amadeo Lomba, de Francesc Cruzate y de Adolfo López. Ha hecho a continuación una pequeña introducción sobre el football, explicándonos sus experiencias en Suiza y Francia, concretamente en Lyon, y del rápido aumento en el interés por este deporte en toda Europa. Asimismo nos ha hablado de la buena repercusión que tuvo el anuncio publicado solicitando interesados en formar un equipo, así como la partida celebrada en el Hipódromo hoy hace diez días.
Y justo entonces nos ha manifestado el motivo de la reunión. La voluntad de formar y constituir un Club de jugadores y aficionados a este deporte en la ciudad de Barcelona. Un Club de Football. Nos ha hecho saber que en este momento ya se podían llegar a conformar dos equipos con la gente de que disponía y que, alternando los jugadores, se podían realizar ya partidas contra otros equipos de la ciudad como el «team inglés» o los que ya se habían formado en los gimnasios Tolosa, Alsina o Santanach. La idea ha sido recibida con entusiasmo por parte de los otros once componentes. Para nosotros, los que estábamos en las últimas filas, una auténtica sorpresa el saber que podía ya contar con tal número de personas involucradas en el proyecto.
Lo primero que se ha hecho, llevando siempre Gamper la dirección de la reunión, ha sido escoger a la Junta Directiva. La primera Junta que tendría el Club como ha remarcado en su intervención. Obviamente el nombre de Gamper ha sido el primero que se ha propuesto para el cargo de Presidente. En ese momento, Narciso Masferrer ha interrumpido la reunión. El señor Gamper no podría ser el presidente de la nueva entidad. El hecho de contar con tan solo veintidós años (cumplidos el pasado 22 de este mes) le impide por ley poder serlo, pues ésta marca la mayoría de edad en 23 años y es requisito indispensable para optar a un puesto en una junta directiva. Y de estas cosas, Masferrer sabe un rato.
Ya teníamos el primer contratiempo sobre la mesa. El alma de todo el proyecto, Hans Gamper, no podría ser el presidente. Las miradas se cruzaban entre los once restantes y la elección, mediatizada por la amistad de Gamper hacia él, ha recaído en Walter Wild que también era el de más edad de los presentes. Así pues, mi amigo Walter, el que me ha llevado del brazo hasta este deporte y esta reunión será el primer presidente del Club. Reglamentariamente se ha debido escoger al resto de la Directiva. El cargo de Secretario ha sido para Lluis de Ossó y para el de tesorero se ha escogido a Bertomeu Terrades. A la vez, Gamper, Wild y De Ossó serán los encargados de redactar los Estatutos del Club. Hans Gamper será el Capitán del equipo y por tanto el que formará los teams que disputarán los futuros partidos. En ese momento Gamper ha manifestado la voluntad de poder disputar un encuentro en el mínimo plazo de tiempo posible. Una vez repartidos los cargos se ha pasado a escoger el nombre de la nueva sociedad. En esto no ha existido la mínima discrepancia. Gamper tenía muy claro que debía llevar el nombre de la ciudad: Football Club Barcelona.
Eran casi ya las once de la noche y la reunión se había alargado más de lo previsto. Walter Wild, como presidente ya del nuevo Club daba ya por finalizada la asamblea. No se había hablado de escudos ni vestimentas. Eso quedaba para más adelante. Gamper tenía nuevos planes que expondría al cabo de unos días. Los doce integrantes del Football Club Barcelona estaban eufóricos y los invitados nos hemos acercado a felicitarlos. Quieren celebrar el primer partido contra otro de los equipos de la ciudad. Gamper ya había hecho gestiones con el “Team Inglés” para la disputa. Los hermanos Parsons, integrantes de ese equipo, lo han corroborado. Antes de diez días se disputaría el encuentro. Las fechas que se barajaban eran el 7 u 8 de diciembre.
Nos hemos despedido de Manuel Solé que tenía que cerrar las dependencias del Gimnasio. La mayoría hemos ido en dirección a las Ramblas donde nos hemos separado. Con Walter hemos ido hacia La Canuda. Se nos ha añadido Lluis de Ossó aunque por poco tiempo. Vive en la calle del Duc de la Victoria.. También es casualidad que viva casi al lado del Gimnasio Tolosa, precisamente los que no permitieron a Gamper y Wild añadirse al equipo que habían formado por el hecho de ser ambos protestantes metodistas. Es todo un personaje este de Ossó. Con un bigote perfectamente cuidado, con las puntas afiladas hacia arriba y engominadas, con unas incipientes entradas en su frente y vistiendo como todo un dandy con levita. Me ha comentado que es impresor y que de vez en cuando escribe en la prensa bajo el seudónimo de “El Delantero”. Por su apellido se que proviene de una familia muy religiosa y católica, no en vano su tío está en contacto con el arquitecto Antoni Gaudí para la construcción de un colegio dedicado a Santa Teresa de Jesús y que debe construirse en unos terrenos cercanos a la Vía Augusta. Deberé buscar la manera de hablar con él para que me explique el porqué de añadirse a este grupo tan heterogéneo y con tan gran participación de seguidores de diferentes formas de protestantismo.
Walter estaba contento. Esperaba poder cumplir bien con la tarea que le habían designado a pesar que le dolía el hecho de que su amigo Gamper no pudiese ser el Presidente, porque tenía claro que era él quien debía haber sido nombrado. En broma le he contestado que gracias a eso pasaría a la historia como el primer Presidente del “Football Club Barcelona”. Que muchas generaciones después la gente seguiría pronunciando y recordando su nombre. No ha habido respuesta. Tan solo unas carcajadas contagiosas han resonado por la calle.