En los datos biográficos que facilita la WTA figura que la jugadora favorita de Garbiñe Muguruza (Caracas, 1993) es Serena Williams y hoy Garbiñe ha dejado el tembleque de piernas en el vestuario.
Enfrente estaba la jugadora a su ídolo de juventud, a la que siempre seguía por televisión cuando intentaba copiar sus movimientos: «A ella quería parecerme, siempre intentaba imitar sus golpes«. Y hoy los ha mejorado.
Su victoria ante la número uno mundial por un incontestable 6-2, 6-2 en apenas 65 minutos ha saltado a las portadas de la prensa internacional, aunque ella, Muguruza, ya hace tiempo que está señalada como una de las jugadoras con mayor proyección mundial.
Todo empezó cuando en 2012 pasó tres rondas en el Master 1000 de Miami, torneo al que había llegado gracias a una ‘wild card‘. Entonces, las enormes expectativas creadas le supusieron un bucle del que le costó salir. Hoy, ya instalada entre las 40 mejores del Mundo, Garbiñe Muguruza nuevamente ha enseñado de lo que es capaz.
«El tenis para mí significa todo, llevo toda la vida dedicándome a este deporte y no me arrepiento para nada«, asegura la tenista, nacida en Caracas, de madre venezolana y de padre vasco.
Desde los seis años vive en Barcelona, donde llegó con toda su familia. Empezó jugando al tenis con tres años, con una raqueta que prácticamente llevaba arrastrando por el suelo. Después se pulió en la academia de Sergi Bruguera, posteriormente con Xavi Budó y ha sido Alejo Mancisidor, el entrenador con el que ha dado el gran salto.
José Antonio Muguruza es de los que piensan que los hijos son el principal motivo vital para los padres y ha dedicado buena parte de su vida y sus recursos a ellos. «Garbiñe es grande y estoy convencido de que va a hacer cosas más grandes de las que ha hecho hasta ahora«, dijo tras el debut de su hija en Roland Garros. Y hasta ahora ha sido así.
Al terminar el partido de hoy, en la que Muguruza dominó el juego desde sus 1,82 metros y siguiendo la táctica de su entrenador – «Juega a dos, tres, como mucho a cuatro tiros«-, a Garbiñe le regalaron los oídos.
A los elogios de los expertos, se sumaron los de Serena. «Si juegas así, puede ganar el torneo«. Y en esas está, viviendo el sueño de hoy, consciente de que en un par de días todo se puede venir abajo.
Su próximo rival será la eslovaca Anna Schmiedlova, que hoy derrotó a Venus Williams, y a la que Garbiñe ya ganó en el último abierto de Australia, donde llegó hasta los octavos de final.
Para conocer más a Garbiñe Muguruza y con un bonus track (Tita Torró) en un Informe Robinson.