Con ocho partidos todavía que disputar de la temporada regular y a dos semanas de llegar a octubre, los Boston Red Sox se han alzado con el título de la División Este de las Grandes Ligas de béisbol americano.
La División Este es la división más dura de la MLB. Además de contar con el equipo con mayor presupuesto, palmarés y fama mundial, los New York Yankees, cuentan con otro de los mayores presupuestos y gran rival los Boston Red Sox. Para entendernos, el Real Madrid y el FC Barcelona del béisbol. Desde hace unos años los Tampa Bay Rays y los Baltimore Orioles que siempre han sido meras comparsas, se han sumado a este dúo, apareciendo en postemporada en más de una ocasión. Esta temporada los Yankees pueden quedar fuera de los playoffs, cosa que no pasa desde 2008. Para hacernos una idea, en los últimos 20 años el equipo neoyorquino sólo ha estado viendo los playoffs por televisión en una ocasión. Actualmente se encuentran a tres partidos de una de las dos plazas extra que se dan para seguir disputando partidos en octubre. A tres partidos del comodín de liga americana, Tampa y Cleveland son los primeros clasificados.
Los Red Sox, por su parte, han sufrido una de las mayores catarsis que se recuerda en la MLB. El año pasado, un equipo sin alma dirigido por el veterano Bobby Valentine acabó último de la División Este de la Liga Americana, en la que fue la peor temporada que se recuerda del equipo de Boston.
Para entender la magnitud de la tragedia hay que remontarse a 2011. El equipo venía de perderse los playoffs por primera vez en los últimos cinco años. Ese dato llevó al equipo a contratar a dos superestrellas -el primera base Adrian Gonzalez y el jugador exterior (jardinero) Carl Crawford– con la idea de volver a disputar partidos en octubre. El equipo rápidamente entró en barrena perdiendo los primeros seis partidos de forma consecutiva. Y, a pesar de que durante la temporada estuvieron con posibilidades de disputar el comodín y entrar en los platoffs, el equipo se dejó ir de manera bochornosa llegando a acusarse a los jugadores de consumir cerveza y pollo frito durante la disputa de los partidos. Como consecuencia de aquello se despidió a Terry Francona, el manager de las dos Series Mundiales y de los últimos 10 años del equipo.
Tras Francona, Theo Epstein, hasta entonces manager general y gran artífice de los Red Sox campeones de las Series Mundiales de 2004 y 2007, dejaba el equipo de Boston por los Chicago Cubs.
Las decisiones fueron sucediéndose y los recién adquiridos Gonzalez y Crawford, más el lanzador Josh Beckett y el jugador interior Nick Punto, fueron traspasados a Los Angeles Dodgers a cambio de jugadores de ligas menores. También se prescindió del cerrador estrella Jonathan Papelbon.
El equipo apenas se reforzó pero se dieron oportunidades a jóvenes jugadores del equipo de las ligas menores, así aparecieron jugadores como Will Middlebrooks, Pedro Ciriaco, Ryan Lavarnway y Daniel Nava. Middlebrooks y Nava siguen actualmente en el primer equipo.
Se contrató a Bobby Valentine para intentar reconstruir al equipo pero este falló estrepitosamente y acabó la temporada con un balance 69–93. Balance perdedor por primera vez desde 1997 y la peor temporada desde 1965.
El 4 de octubre de 2012, el equipo dirigido por el manager general Ben Cherington tomaba la gran decisión de los nuevos Red Sox, despedía a Valentine para poner el equipo en manos de su antiguo entrenador de lanzadores John Farrell (2007-2010). Farrell estaba dirigiendo a los Toronto Blue Jays con magníficos resultados y los Red Sox pagaron por su traspaso con el jugador Mike Aviles.
El equipo esta temporada se ha reforzado con jugadores veteranos como el catcher David Ross, el exterior Jonny Gomes y el primera base Mike Napoli. También con el exterior Shane Vitorino, el campocorto Stephen Drew y el lanzador Koji Uehara. Uehara ha sido clave una vez Farrell lo ha situado como cerrador del equipo.
El equipo ha jugado de manera increíble esta temporada, y a falta de ocho partidos por disputar presenta un balance totalmente opuesto al de la temporada pasada 94-61. Ni siquiera la lesión de su mejor lanzador, Clay Buchholz (10 partidos ganados sin derrota hasta su lesión), que propició la contratación con urgencia de Jake Peavy, pudo con el equipo más en forma esta temporada. Se intentará llegar a las 100 victorias. Nunca mejor dicho, se ha dado la vuelta al calcetín, rojo, por supuesto.